viernes, 31 de diciembre de 2010

Somos protagonistas


Aunque los futbolistas quieran robarnos protagonismo en los medios de comunicación con un tema que nos trae sin cuidado (qué más da jugar el día 2 que el 3), los atletas somos los protagonistas de estas últimas horas del año. Por supuesto, la San Silvestre Vallecana se lleva todos los honores: su carrera popular tendrá 35.000 participantes y la internacional, un par de horas más tarde, contará con los mejores atletas nacionales e internacionales, destacando Zersenay Tadesse. De hecho, tanto destaca Zersenay Tadesse que el periodista David Menayo, de MARCA, ahora le llama Tola (Tadese Tola) "como se le conoce en el mundo del atletismo", escribe. El muy desconocedor confunde a Zersenay (Eritreo), que no sólo vive en Madrid sino que es el recordman mundial de media maratón, ganador cuatro veces del mundial de media maratón, campeón del mundo de cross y varios títulos más, con Tola (Etíope) que también es muy bueno (2h06'31" en Frankfurt este año) y que ganó la San Silvestre Vallecana en 2008.

La curiosidad no acaba aquí y el periodista transforma a la representante de Zersenay (Julia García) en alguien llamado Julián García. En fin, si así son las noticias sobre atletismo, mejor que se hable de fútbol.

Pero esta tarde seremos protagonistas y, quieran o no, saldremos a la calle a disfrutar de las últimas horas del año en pantalón corto y camiseta de tirantes. Yo lo haré en Sant Cugat, al lado de Barcelona. ¿Dónde correréis vosotros?

Espero que todos los paséis genial y que el 2011 esté lleno de carreras interesantes y retos por cumplir. Y quién sabe si el año que viene alguien se apunta a traspasar las fronteras para despedir el año en alguna de las San Silvestres de fuera, donde destacan la de Sao Paulo (Brasil) y la de Luanda (Angola).

martes, 28 de diciembre de 2010

Creando escuela

Aunque Carlos Arribas no me cita en su artículo, sé que estoy creando escuela. Este mes de febrero se hablará un poco de español por el valle del Rift: Arturo Casado y Francisco España estarán en el Lornah Camp de Iten desde finales de enero y Pablo Vega quiere que le enseñe los mejores caminos de la zona en una entrevista que le han hecho recientemente. Y la lista se alarga, porque otros muchos me han mandado e-mails solicitando información.

¿No os apetece venir?

jueves, 23 de diciembre de 2010

Objetivos del primer trimestre

Regresar a casa después de la experiencia americana significa ponerse las pilas a nivel atlético, pero las fechas no son las más apropiadas para tal comienzo.

El sábado pasado se casó mi hermana y ahora empiezan los días festivos, con la casa llenándose de personas y víveres que hacen las delicias del más soso. Mañana es el día de hacer "pilotetes" en casa de la abuela (carne picada, huevo, harina, perejil y creo que algún ingrediente más); todos los años salen entre 400 y 500, que mi prima se encarga de contar religiosamente para saber cuántas tocan por persona en el caldo -escudella- del día 25. Por la noche del 24, a "cagar" el tió y luego la Misa del Gallo. El 26, Sant Esteve, canalones con las sobras del 25. Pero hay que entrenar y pensar que no falta tanto para la maratón de Barcelona, el objetivo principal de la temporada, pero no el único.

A nivel esquemático, el primer trimestre del año se repartirá de la siguiente manera:
Y ¿qué espero conseguir en estas carreras? Más o menos algo así: revalidar el título de campeón de Catalunya de media maratón, mejorar mi marca de media en Barcelona (1h04'57") y correr en 2h16' la maratón. Para conseguirlo, por lo tanto, hay que pasar unas Navidades en forma y me estoy aplicando. Desde el pasado lunes e intentando mantener el formato en las siguientes semanas, de lunes a jueves hay que doblar sesión: trote de 12 a 15kms en ayunas al despertarme y segunda sesión combinando rodajes con series a las 7:30 de la tarde. El viernes será el día suave, con una sola sesión de 14 a 18kms y el fin de semana, lo que me toque: rodajes largos, competiciones, fartleks, series en la playa...

Y vosotros, ¿qué objetivos tenéis para -el primer trimestre de- el 2011?

martes, 14 de diciembre de 2010

Me des-Quito

Se ha acabado la experiencia americana. Escribo desde el aeropuerto de Bogotá, que ya me conozco demasiado -llegada a Ecuador, viaje de ida y vuelta a Panamá y ahora- y repaso un poco lo que han sido estas cinco semanas.

He conocido dos países nuevos y descubierto frutas y comidas que ni siquiera me imaginaba (tomates de árbol, granadillas, variedades y variedades de plátanos, ceviches, encebollados y otras muchas de las que no recuerdo el nombre). Reconozco que la comida ecuatoriana me ha gustado, pero tantos días en la província de Manabí me ha cansado un poco el paladar: la dieta habitual (y cuando digo habitual significa para desayunar, comer y cenar -que aquí se llama "merienda"-) fue arroz, plátano a la parrilla y carne. Y eso, aunque me gustara, terminó por aburrir un poco.

A nivel atlético, me voy más que contento. No he entrenado demasiado, como estaba previsto, y he participado en dos carreras que nunca había previsto con unos resultados más o menos aceptables. Quién sabe si otro año volveré por aquí con la preparación suficiente para poder ganar alguna de ellas (reconozco que me haría ilusión, claro). Y he conocido a muchos atletas con quienes espero coincidir en futuras carreras, lo cual siempre hace ilusión.

Y a nivel del voluntariado, también estoy contento. Por supuesto que no se cambia el mundo con unas semanas de colaboración desinteresada, pero es un granito de arena que siempre ayuda. Y ya tengo por lo menos las preguntas de dos fisioterapeutas que quieren ir en los próximos meses. Quizá éste es el aspecto más positivo, además de las amistades que he conseguido por este lado del charco.

Y para terminar, una anécdota de cómo han sido mis últimas horas en Ecuador.

Llegué a Quito por la tarde y me acerqué al colegio donde trabaja Raúl Ricaurte, para ir con él a su casa. Raúl fue el entrenador de Silvio Guerra durante diez años y es un gran amigo de Antonio Serrano. En casa de Raúl comí la añorada pasta y hablamos de atletismo, pero nos acostamos temprano porque el grupo de Raúl entrena muy pronto.

A las 4:45 de la mañana sonó el despertador y nos fuimos al estadio olímpico Atahualpa, donde el entrenamiento empezó a las 5:30: un calentamiento suave y luego fartlek de 300m, cuestas, 500m, cuestas y un 1500. Por suerte, el grupo que entrena ahora con Raúl (a veces más de 100 personas) es bien popular y no hacía falta sacar el hígado por la boca porque a esas horas y a esas alturas (2800m), uno no iba sobrado. De hecho, mi reloj se quedó sin batería y ni siquiera sé que tiempos hice, pero Raúl me espiaba y dijo que algo entre 5'00" y 5'10" para el 1500.

Después de esto, regreso a la casa de Raúl para tomar una ducha y un gran desayuno que me permitiera aguantar muchas horas de viaje. Y en esto estoy. A mediodía del miércoles, hora española, espero aterrizar en Barcelona y llegar a Sant Pol pronto. Y si las piernas lo permiten, por la tarde estaré entrenando en Canet de Mar. Ya faltan menos de tres meses para la maratón de Barcelona y hay que ponerse serios.

Zaragoza en Planeta Running


Después de copiar y pegar los artículos de varia gente en mi blog durante los últimos días, es el momento de colgar uno mío. Es el artículo que sale este mes de diciembre en la revista Planeta Running sobre la maratón de Zaragoza del pasado 7 de noviembre.


Por fiarme de mi memoria y no hacer las cosas como es debido, el artículo contiene bastantes errores que los organizadores de la carrera pidieron corregir, aunque la revista ya estaba en imprenta. El próximo mes saldrá una "fe de errores" que intentará subsanar el error, pero en mi blog también quiero copiar lo que ellos me comentaron, a la vez que les pido disculpas de nuevo.


La bolsa del corredor de la maratón contenía una camiseta técnica Under Armour valorada en 33 euros, el aspecto, el color, era de algodón, pero de eso se trata, UA trata en este caso de sacar fibras muy técnicas que simulen algodón por si se quiere hacer un uso más casual, llevarla por la calle. Además, tenía un Gym-sac cortesía de DKV, dos DVD, uno del Pilar y otro del Ebro, un folleto del camino jacobeo de Aragón, un bolígrafo, el Heraldo de Aragón del día donde iba un especial del maratón de cuatro páginas... todo eso se dio al recoger el dorsal, en meta efectivamente se daba agua, isotónico, fruta y una pieza de pastelería artesana, lo lógico en meta, además de una manta térmica y la medalla. Tal y como lo explica Marc, da la impresión un poco cutre, y no es verdad.

En la carrera de 5k se daba una camiseta "técnica" de las habituales en carreras, pero como era combinada en colores fosforitos aparentaba ser más técnica. Pero la camiseta del maratón, y sé de lo que hablo, es la mejor camiseta que he visto en TODOS los maratones nacionales, y no se merece que digáis que es de algodón.

Ya no estamos a tiempo de rectificarlo, y lo siento, porque nos esforzamos muchísimo en que, pese a nuestras limitaciones, ofrecer a los corredores unos servicios dignos de un buen maratón.

lunes, 13 de diciembre de 2010

No se puede ser más claro

Furacán me comenta un blog que no conocía y, concretamente, una entrada que explica con pelos y señales el tema del dopaje sanguíneo. Es largo, pero merece la pena coger un par de madalenas y empezar a leer (lo de las madalenas es para acordarnos de cerrar la boca de vez en cuando).

Aquí está la clase magistral de Jordan Santos.

PD: Y pensar que Eufemiano es ginecólogo...

domingo, 12 de diciembre de 2010

Dame "tito"

Otro artículo buenísimo, en este caso de Carlos Arribas:

Lo que más le dolió a José María Odriozola al conocer el jueves el alcance de la Operación Galgo no fue, curiosamente, la implicación de su vicepresidenta, Marta Domínguez. "Me he llevado la desilusión más grande de mi vida", le dijo a uno de sus íntimos el presidente de la Federación Española de Atletismo. "Yo pensé que Pascua había cambiado de verdad". (Leer más)

Me preguntan qué me parece todo esto: pues me parece genial, pero preocupante. Parece que muchos se han dopado durante demasiado tiempo y nunca han dado positivo, lo cual significa que los controles son poco efectivos.

Sigo pensando que hay muchos otros que van limpios y confío en ellos, pero me gustaría descubrir que los controles mejoran y así no serán necesarias las redadas (que seguro que son muy largas de organizar) para descubrir a los tramposos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Un buen artículo

El atletismo está estos días en el ojo del huracán por los presuntos dopados y traficantes que están siendo arrestados. Y yo que me alegro, porque es un tema delicado pero necesario para limpiar la imagen que tenemos de "paraíso del doping" y medallas que no nos merecemos. Pero no voy a añadir más por ahora, dejaré que lo haga Gerardo Prieto en su artículo de El Periódico:

El atletismo español ha vivido durante las dos últimas décadas instalado en el todo vale si hay resultados. La Federación Española de Atletismo siempre ha sacado pecho recordando que fueron los primeros en instalar controles antidopaje, pero ha mirado para otro lado cuando el problema estaba en casa. Solo un detalle: mientras Alberto García estuvo sancionado utilizaba los servicios de fisioterapia de la federación y no pasaba nada. García resultó positivo por EPO y, en palabras de un federativo, este era tan claro que «el cadáver aún se encontraba en la sala y la pistola todavía humeaba». Sin embargo, la estrategia del atleta de Vallecas fue negarlo todo. Una década después, la misma táctica sigue valiendo para José Luis Blanco. [leer más]

Y otra noticia de los medios -desconocida por el asunto del dopaje que lo acapara todo- es que Paul Tergat tuvo un accidente de coche en Eldoret el jueves pasado; se encuentra bien, pero ha recomendado a todos los conductores que extremen las precauciones en estas fechas que se producen tantos desplazamientos.


El canal de Panamá



Si estás comiendo plátanos en España y éstos no son de Canarias, seguramente habrán pasado por el Canal de Panamá y, con un poco de suerte, serán del cantón El Carmen, donde me encuentro estos días.

El Canal de Panamá, esa obra de ingeniería que permite a los barcos pasar del océano Atlántico al Pacífico (y al revés), no es cualquier cosa. Quien haya visitado el de Suez o lo conozca, verá que no tienen nada que ver. El egipcio es una zanja a nivel que permite pasar del mar Rojo al Mediterráneo, pero el de Panamá no es a nivel, tiene escalones.

De una costa a la otra de Panamá discurren 80kms y entre ellos se creó un lago artificial (lago Gatún) que, una vez lleno, está a 26 metros sobre el nivel del mar. Para llegar allí se construyó -hace más de un siglo- un sistema de esclusas que permiten a los barcos remontar escalones hasta el lago y luego bajar hasta el otro océano.


Según parece, el hecho de que no se hiciera a nivel como el de Suez (aunque se intentó) ha preservado los ecosistemas de ambos océanos, ya que las especias no pueden cruzar y modificar las poblaciones (seguramente las del Pacífico habrían acabado con las del Atlántico porque son menos fuertes).

La visita al canal está llena de información y anécdotas, como cuánto paga cada barco por pasar (entre 300.000 y 400.000$), quién fue el primero y cuál el pasaje más barato: el de Richard Halliburton, a 0.36$ por cruzarlo a nado, ya que la tarifa es por tonelaje.

De hecho, el canal se ha convertido en unidad de medida para los armadores. ¿Quién quiere un barco más ancho que el canal? Tanto se han apurado que los barcos llamados "Panamax" disponen de sólo un metro a izquierda y derecha para no chocar con las paredes del canal. Pero con el comercio mundial ya los Panamax se están quedando pequeños y en Panamá se está construyendo un nuevo sistema de esclusas, más ancho, para mejorar los servicios y conseguir mejores ingresos.

Así fue mi visita al canal y tengo que agradecerlo especialmente a la doctora Enitza por organizarla y a Gustavo por todas sus explicaciones (nadie mejor que un trabajador de allí para contestar todas mis dudas).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Lecciones maratonianas

Tres días después de la maratón de Panamá y ahora que ya tengo los resultados, llega el momento de hacer el balance. He aquí las conclusiones a las que he llegado:
  • Los resultados del año anterior nunca sirven de referencia (esto ya lo descubrí durante el interraíl, pero aquí se ha confirmado): el año pasado habría sido tercero.
  • Si el ritmo de competición no es excesivo, se puede empezar una maratón sin calentar: no troté ni un metro antes de empezar y no lo eché de menos; los primeros kilómetros pueden servir de calentamiento.
  • Si las condiciones no son ideales para correr, diseña un plan prudente y empieza todavía más prudente: mi idea era doblar o incluso hacer más rápida la segunda media y me equivoqué por muchísimo (1h13'44"+1h21'01"). El plan que hice era prudente, pero no lo cumplí del todo. Quizá salir a 1h15' habría sido mejor.
  • Sin un entrenamiento específico se puede correr maratón, pero el ritmo decaerá en los últimos kilómetros: mis semanas en Ecuador han sido de 50 o 60kms, así poco más podía hacer.
  • Si se está habituado a las tiradas largas, no es difícil correr 30kms a ritmo vivo (el problema viene después).
  • La humedad pasa factura: me hidraté bien, pero la humedad afecta a otras partes del cuerpo como los intestinos. No sería mala idea tomar un Fortasec la próxima vez.
  • Tanto sudor y tanta agua como refrigerante terminan por empapar las zapatillas; correr con las zapatillas mojadas durante tantos kilómetros es antesala de ampollas. La próxima vez (primero lo probaré en entrenamientos) me vendaré los dedos de los pies individualmente.
  • Es una buena idea recortar la camiseta en la parte inferior para que ventilemos mejor, pero no tanto que el dorsal sobresalga: este detalle nos lo enseñó Viktor Röthlin en el campeonato de Europa de Barcelona que ganó. No cometí ese error y la verdad es que se corre más cómodo con un poco menos de camiseta.
  • Si la organización de la carrera sólo distribuye agua (o bebida isotónica pero en vasos de los que es imposible beber), conviene llevarse geles de repuesto y tomarlos a discreción. Yo sólo llevé uno y con tanto sudar se me resbaló del pantalón por no llevarlo atado con un imperdible.
  • Una maratón a ritmo suave no afecta demasiado: el lunes descansé y ayer martes troté en ayunas por Quito (2800m) durante 11kms a 4'27".
  • No existe ningún otro deporte en el mundo como las carreras a pie: vayas donde vayas no sólo puedes practicarlo sino además competir.
Por todas estas lecciones y por los días tan bonitos y agradables que pasé en Panamá con grandes amigos, ha sido la carrera más dura en la que he participado pero también una de las que guardo mejor recuerdo. No creo que repita el próximo año (aunque seguro que ningún africano llegará a Panamá con ganas de correr ya que el récord está en 2h16'25" y se cumplirá de nuevo la primera lección) pero sí me gustaría visitar el país en otra ocasión y quizá correr en una distancia inferior.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Fotos de la maratón

La doctora Enitza George, incansable en cualquier faceta y quien ha hecho posible mi participación en la maratón de Panamá, recorrió el circuito cámara en mano para inmortalizar gran número de instantes que a mí no se me olvidarán fácilmente. He aquí una selección:


Los tres miembros del equipo "Caminemos Juntos con G-e-o-r-g-E", una mezcla de la Fundación Caminemos Juntos y el propio equipo de la doctora, que además de repetir su apellido es un acrónimo (Gracia divina, Excelencia, Ordenamiento, Respeto, Gratitud y Espíritu). Ellos son Yaira Sánchez, que debutaba, y José Sánchez, que ya es todo un experto y quería bajar de 3 horas.
Aquí me encuentro en el kilómetro 5 de carrera. Podéis ver que todavía estaba oscuro como la boca del lobo y que se aprecia que empezaba a sudar (mi cuello está mojado). ¿O será el agua que me tiraba encima? Lo mismo da, hacía calor.


Con indicaciones como ésta es imposible perderse, ¿no? La verdad es que la doctora me asustó bastante diciendo que en la mayoría de carreras de Panamá hay atletas que se equivocan de camino por mala señalización, pero esta maratón estaba muy bien organizada (aunque la flecha no es suya). Estoy en el kilómetro 20 más o menos.


Aquí mi cuerpo empieza a notar la fatiga. Yo había adelantado al cubano hacía unos kilómetros pero en una gran avenida (Coastway) con giro final de 180º me doy cuenta de qué posición llevo y cuán lejos están los que tengo delante; y al girar analizo también cómo van los que llevo detrás. Ya nada se movería desde entonces: todos empezamos a aflojar de manera estratosférica -unos más que otros- y deseamos que la carrera se terminara.


Una vez cruzada la línea de meta me entregan una placa conmemorativa de los 2500 años de la batalla de Marathon. No puedo más.


Después de ir al baño y sentarme durante un buen rato (no porque fuera difícil de sacar sino porque se estaba muy bien sentado), los asistentes de meta nos ayudaban a realizar estiramientos. Yo tenía que apoyarme en él para no caerme y después casi tienen que despertarme para que me levantara de la camilla finalizado el masaje.




domingo, 5 de diciembre de 2010

No soy invencible

No vine a la maratón de Panamá con la idea de ganarla, aunque uno nunca descarta esta opción. Después de mi retirada en Zaragoza, mis entrenamientos se redujeron considerablemente y sólo me dediqué a entrenar unos 4 o 5 días a la semana, haciendo normalmente 10 kilómetros por la mañana en ayunas. También competí la media maratón Mitad del Mundo, que fue mi "tirada larga". Por lo tanto, no llegaba a Panamá en condiciones óptimas para una maratón; pero sí para una nueva experiencia.

Por mi experiencia en el mundo del atletismo, pensé que podía correr fácilmente en menos de 2h30'. Mi debut en Amsterdam, sin apenas preparar la carrera, fue de 2h27' y unos meses más tarde corrí Valencia como un trote de calidad en 2h25'; y un par de meses después hice de liebre a Alessandra Aguilar en Rotterdam en 2h29'. Total, no me parecía muy complicada otra marca parecida aunque llegara sin mucho entrenamiento. Pero tanto el circuito de Amsterdam, como el de Valencia como el de Rotterdam (y sus fechas/climas) son perfectos para correr; no así Panamá.

La salida fue a las 5 de la mañana para evitar que el sol molestara demasiado y hasta cumplirse la primera hora de carrera corrimos de noche, aunque la temperatura superaba los 23ºC. Aunque suelo despertarme cuatro horas antes de una maratón, hoy fueron sólo dos; el tiempo era justo para absorber el desayuno pero suficiente para llegar habiendo descansado bien. Creo que aquí no fallé.

En la línea de salida me enteré de quién correría este año: tres kenianos y un etíope, un guatemalteco de 2h13', el colombiano ganador del año pasado, un cubano que había ganado otros cuatro años... y muchos de ellos querían optar a la prima de 10.000$ por romper el récord de la carrera (2h20'56"). Yo no tenía esa meta, así que empecé a 3'35" (no había hecho ningún calentamiento y prefería salir con calma para coger ritmo a medida que avanzaba la carrera) y me encontré sólo desde el primer metro a pocos segundos del pelotón de cabeza: ningún problema, seguro que muchos acaban petando.

El plan se cumplió a la perfección y pronto me encontré muy cómodo a menos de 3'30". No quería precipitarme, pero de verdad que corría muy fácil y suelto: 17'54", 17'34", 17'19" y 17'17" para los primeros 20km. Los avituallamientos (agua envasada en bolsas de plástico) se encontraban en casi cada esquina y no me saltaba ni uno; un poco de agua a la boca, otro al cuerpo y otro poco más a la boca. Me notaba hidratado y cómodo, aunque por delante no había ninguna novedad.

La media maratón la pasé en 1h13'44" y los siguientes parciales fueron de 17'21" y 17'47", éste último con ráfagas de viento contrario y algunas ondulaciones que empezaban a molestar, pero a lo lejos se veía el cubano y un poco más allá el colombiano. Y adelanté al primero de ellos antes del kilómetro 30. Iba el octavo de la carrera y pensaba que adelantaría alguno más -éstos eran los pensamientos positivos- pero desde hacía varios kilómetros tenía un serio aviso de diarrea y notaba ampollas en los pies -éstos eran los pensamientos negativos-.

No sé si fue la humedad o la cantidad de agua que bebí, pero pronto descubrí que era más agradable beber menos agua (aunque mi boca lo pidiera) para evitar que el desagüe se abriera de manera irremediable. Si habéis corrido con esta sensación, sabéis que no es cómodo ni agradable, y el ritmo también nota que algo pasa.

Luego llegaron más ondulaciones y el sol apretaba cada vez más (seguro que superamos los 30ºC) y yo no conseguía acercarme a los de delante, más que nada porque cada vez corría más lento. Empecé a desear que la carrera se acabara y consultaba el reloj a cada momento para descubrir cuántos kilómetros me faltaban y calcular qué marca iba a hacer. Y a cada vez que consultaba el reloj y recalculaba la marca, me salía algún minuto más.

Los últimos 5k, por la Cinta Costera (una avenida demasiado ancha por la velocidad que llevábamos), son la peor pesadilla de la carrera. A medio camino se encuentra la estatua de Vasco Núñez de Balboa, feliz por haber descubierto el paso hacia el Pacífico. Su felicidad no fue nada en comparación con la mía al llegar a meta. Estaba exhausto, derrotado por el calor y la humedad, con los pies doloridos y unas ganas tremendas de sentarme (a poder ser en el baño). Así atestiguan los últimos parciales mi flaqueza: 18'39", 20'08" y 10'41" (del 40 a meta).

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Resumen: 8º con 2h34'45" (1h13'44"+1h21'01")
Ganó un etíope con 2h16'.
Mañana espero colgar fotos y los resultados más completos (todavía no hay nada porque corrimos sin chip).
He aprendido muchíiiisimo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Panamá


El viaje hasta Panamá no fue malo del todo, pero tuvo algún inconveniente. Mi vuelo, con escala en Bogotá, salía de Quito a las 6am. Mi idea era salir de El Carmen a media tarde para llegar a Quito no demasiado tarde y alquilar una habitación o cama cerca del aeropuerto para dormir un poco, pero salí tarde y el viaje se alargó por un accidente en la carretera que paró el tráfico. Total, que llegué a Quito más allá de las once y pensé que lo mejor sería ir directamente al aeropuerto y esperarme medio dormido por allí. Así lo hice, pero dormir no fue muy fácil porque el aeropuerto es pequeño, tiene pocas sillas o rincones para tumbarse y hacía frío.

Cuando llegué a Panamá, y aunque el día no era soleado, me di cuenta de lo que es la humedad. Si sale el sol, la temperatura supera los 30ºC, pero si no tenemos sol, si llueve o, simplemente, es de noche, la temperatura nunca baja de los 23 o 24º. Y la humedad ronda el 90%.

El jueves me sirvió para instalarme en la ciudad (en casa de unos amigos de la doctora que me tratan genial) y recuperarme del viaje. Para el viernes, el día sería más completo.

El viernes me desperté a las 6 de la mañana para desayunar e ir al centro (Panamá es un continuo atasco: hay que salir pronto y tener paciencia). Allí estaba organizada una caminata con motivo del día internacional de la discapacidad (3 de diciembre) y yo participaba como simpatizante de la Fundación Caminemos Juntos, aunque había muchas más (Frater, Olimpiadas Especiales, varias de sordos, etc.).

La marcha transcurrió con alegría, música y bueno ritmo hasta la iglesia del Carmen, donde el obispo de Panamá, que había formado parte también de la marcha, ofició una misa muy hermosa y emotiva para culminar la celebración y recordarnos la festividad de San Francisco Javier. En su homilía repartió perlas como "nadie es discapacitado para amar a Dios o para sentir Su amor" o la anécdota de un niño con síndrome de Down en su primera comunión: el obispo nos contó que el niño, el día de su primera comunión, no se acercó a comulgar; intrigado, el obispo le preguntó por qué no había comulgado y el niño respondió "¿usted se cree que yo soy tonto? Si me como a Jesús, ¿quién me llevará los regalos en Navidad?" Entonces el obispo nos afirmó que ojalá él y todos nosotros tuviéramos la misma fe que ese niño para creer que Jesús está ahí.

Otro detalle importante fue la asistencia que tenían los sordos para seguir la misa. Una mujer les traducía al lenguaje de signos lo que se decía y lo más bonito era ver cómo ellos repetían los mismo gestos de la intérprete en las canciones, contribuyendo de una manera tan especial al rezo.

Y muy poco antes de terminar, en cuanto se leyó el manifiesto, se añadió una puntilla que decía así: pedimos al señor obispo si puede bendecir a un atleta que el domingo correrá la maratón en representación de los discapacitados. Y el obispo me llamó al altar y me impuso su bendición para realizar una buena carrera y conseguir un buen resultado. Y yo, casi me muero de la vergüenza.

Luego me fui a comer y por la tarde visité el Canal de Panamá, pero eso os lo contaré otro día.

PD: Me sacaron alguna foto, pero todavía no la tengo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Corte solidario


Trabajar en una Fundación con niños especiales tiene sus ventajas. A menudo llegan colectivos que quieren poner su granito de arena mientras mejoran un poco sus habilidades, entiéndase mi caso como fisioterapeuta (mi experiencia laboral con niños con parálisis cerebral era mínima) o el de un grupo de chicas que están estudiando secundaria (rama "belleza") y que quieren practicar cortes de pelo y pintadas de uñas.


Si conocéis algún niño con parálisis cerebral o espasticidad, entenderéis que no es fácil controlar su cuerpo para que esté sentado en una silla y sin movimientos bruscos de tronco, brazos o cabeza: el miedo a cortarle la cabeza se palpaba en el patio. A algunos chicos incluso se les cortó el pelo acostados en una silla, pues eran incapaces de flexionar caderas y rodillas para para estar sentados.

También había chicos con síndrome de Down y otras patologías en los que el problema consistía en convencerles para que se dejaran cortar el pelo o, simplemente, se lo peinaran un poco. Pero fue una gran jornada y para terminar, yo mismo me apunté al corte. A menudo pasaba la profesora por ahí dando consejos sobre cómo hacerlo bien y cómo no (y yo no tenía un espejo delante para cerciorarme de que había más de lo primero que de lo segundo). Pero reconozco que el trabajo realizado no fue malo.



PD: Si alguno se lo preguntaba, a mí no me pintaron las uñas.