Lo pasé muy bien de cadete, juvenil, júnior y promesa con el cross, pero empecé a aburrirlo en la categoría absoluta. De estar disputando la carrera y conseguir los puestos de honor, me tocó correr en medio de una marea humana sin más incentivo que seguir corriendo y, con mucha suerte, quedar de los 20 o 30 primeros. Pero parece que ya no.
En los últimos años, mi apatía por el cross se combinaba con mis estancias en Kenia durante los meses de enero y/o febrero, así que me ahorraba estas carreras y no me importaba mucho. Pero este año el plan es distinto: no voy a Kenia y no quiero hacer tantas medias maratones como antes, así que me planteé volver al cross a ver qué pasaba. Y pasó lo que no me esperaba: me salió genial.
Ayer se disputó en Mataró el 92º campeonato de Catalunya de cross (se dice pronto esto de llevar 92 ediciones) y me encantó proclamarme sub-campeón de Catalunya detrás de Carles Castillejo (aunque en realidad fui 5º de la carrera, pero había tres atletas que no contaban para el campeonato).
Con este resultado, me clasifico para el campeonato de España de cross individual (4 de marzo, Gijón) pero lo mejor es que me da mucha moral de cara al campeonato de España universitario (11 de marzo, La Coruña) y para las carreras de asfalto de Barcelona: la mitja (26 de febrero) y la marató (25 de marzo). Espero dar la talla en todas ellas; confianza no me falta. Sólo un detalle: en un cross de 10,3kms, el GPS indicó que corrí a una media de 2'59" el mil. Los que vieron la carrera pueden confirmar que yo no paraba de mirar el reloj y fue porque no me creía lo rápido que estaba corriendo.