No todos los grupos de atletas kenianos siguen el mismo patrón
semanal, pero el mío tiene fartlek los martes. El fartlek es el entrenamiento
que consiste en cambios de ritmo, intercalando uno o varios minutos de ritmo
vivo con un minuto de recuperación al trote. Es un entrenamiento muy habitual
en Kenia porque se puede hacer en cualquier lugar sin necesidad de ir a la
pista (que a veces está demasiado lejos). Es decir, el fartlek son el sustituto
de las series.
La primera semana que estuve por aquí tocó un fartlek de los
duros: 15 por 2’-1’. Esto significa que hay que correr dos minutos a tope y
recuperar un minuto al trote, que a veces más que trote se parece a caminar (y
eso ayuda mucho, la verdad). Lo más divertido del fartlek es que se empieza con
el minuto suave y hace mucha gracia que todos los atletas (un grupo de 20 o más
personas) se pongan de acuerdo para encender el crono y empiecen a “correr” a
diez el mil.
La segunda semana el fartlek fue de 20 por 1’-1’. Este fue
mucho más duro que el anterior porque el minuto suave se convirtió en “no muy
suave”. Como es lógico en todo el mundo que hay gente entrenando junta, los
atletas se pican. Y picarse significa dejar que la gente recupere menos en los
descansos. Esto implica que en el minuto rápido la gente no va tan rápido y se
creen situaciones cómicas como que yo adelantaba a muchos en el minuto rápido y
luego ellos me pasaban en el minuto lento. De todos modos, acabé con los de
delante que era mi objetivo.
Y hoy, tercera semana, hemos tenido el más parecido a las
series de mil: 10 por 3’-1’. Es algo así como diez series de mil recuperando un
minuto al trote. En los primeros, con algo de pendiente y viento en contra,
recorríamos entre 900 y 950 metros. Pero en cuanto dimos la vuelta y las
condiciones pasaron a ser favorables, los tres minutos daban para algo más de
mil metros. Es decir, a dos mil metros sobre el nivel del mar, me he marcada
algunos miles a menos de tres y descansando un minuto al trote. La verdad es
que esta estancia en Kenia me está sentando de maravilla.
Para los amigos de la estadística, resumiré que los fartleks
(da igual la combinación de minutos vivos y lentos que tengan) acaban saliendo
casi siempre al mismo ritmo. En el de 2’-1’ hicimos 12,13km a una media de 3’43”. En el de 1’-1’ salieron
sólo 11,23km a 3’33”. Y hoy, con los de 3’-1’ hemos llegado a 11,45km pero con
una media de 3’31”.
5 comentarios:
Marc, qui decideix els tipus de fartleks que feu? Qui fa les funcions d'entrenador?
Gràcies per explicar-nos totes aquestes fantàstiques aventures!
Abraçada!
Qué barbaridad... ¿y suele haber alguien que guía a los atletas? ¿O es algún atleta el que toma el mando?
La verdad es que impresionan los ritmos, y sobre todo, la cantidad de kms de calidad, y en una orografía tan dura como parece que es la del Valle del Rift.
Ánimo Marc. Todo esto se reflejará después, no lo dudo!!!
P.D.: me encantan estos posts de entrenos en Kenya. :-)
www.soy-cobarde.blogspot.com
Gràcies per compartir aquesta experiència, ajuda al corredor popular a saber el que significa ser un corredor d'elit. Pel que expliques sembla que tot sigui un caos organitzat, o una mena de desordre control·lat, molt propi dels països africans. Ara bé, els resultats, a banda de les qualitats físiques dels corredors, són prou evidents...
Ferran, el tems dels entrenadors el tractaré la setmana que ve al web www.running.es. Crec que val la pena parlar d'això. Per ara et puc dir que en aquest grup no hi ha entrenador, es fa tot per votació popular, jeje.
Chema, al igual que Ferran, te comento que la semana que viene explicaré cómo funciona el método keniano: sin entrenadores y por grupos de vecinos.
Raúl: és un caos, sens dubte, però si saps el que et toca fer està molt ben organitzat, jeje.
Voy a repetir esos fartleks durante las tres próximas semanas. Jejeje
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