Kenenisa Bekele es un corredor excepcional, pero quiere ser
el mejor. Ya lo es en distancias como los 5.000 y los 10.000 metros y acaba de
intentarlo en la maratón, con un debut fabuloso ganando en París. Pero quiere más. Quiere ser
también el mejor fuera de la pista y superar al mismísimo Haile Gebreselassie en
el aspecto social y empresarial. Y no lo tiene nada fácil.
Hace muchos años, los atletas kenianos invertían sus
ganancias del atletismo en cabezas de ganado. Los bancos nunca han sido un
reclamo atractivo para colocar el dinero en esta parte de África; mejor ver con
tus propios ojos lo que se está cociendo. Pero con el paso del tiempo, el
ganado se ha transformado en ladrillo. Y lo mismo ha pasado en Etiopía. Pasear
por Bole Road es algo parecido al salón de la fama de Hollywood. Casi cada
edificio es propiedad de alguien importante dentro del mundo del atletismo:
Haile, Bekele, Derartu Tulu y un largo etcétera.
Con Ian W. (UK) al acabar la sesión (Foto: M. Roig) |
El más famoso de todos ellos es Haile, sin duda, pero Bekele
le va a la zaga. No hace mucho tiempo (creo que uno o dos años) se inauguró el
Kenenisa Bekele Resort, justo enfrente del Yaya Village donde me encuentro. No
se puede decir que sea bonito (parece un hospital desde fuera) y me comentan
que el servicio es poco eficaz, pero no lo he podido comprobar por mí mismo. Lo
que sí sé es que al lado del resort (y por lo tanto muy cerca del Yaya Village)
existe la pista de tartán que Bekele construyó para poder entrenar él y la
gente que lo desee. Es, además, la primera pista de tartán de ámbito privado
que se construye en África (la segunda es la que se inauguró hace apenas cuatro
meses en Iten, Kenia, propiedad de Lornah Kiplagat).
Destrozado por 15x1000 a 2700msnm (Foto: M. Roig) |
Hoy he tenido la oportunidad de correr en esta pista, de
tartán blando, seis calles, abierta al viento y soleada todo el día. Y es una
gozada, además de cara. Parece que los etíopes no pagan entrada (lo parece, no
lo puedo afirmar) pero sí sé que los extranjeros tenemos que entrar un momento
en el Kenenisa Resort y pagar el equivalente a 15 dólares (hoy, 287 birrs).
Allí te dan un boleto como en el cine de hace muchos años y lo entregas al
pasar la verja de la pista. Una vez dentro, ya puedes correr tanto como te
apetezca, pero no cuentes con ducharte y ve previsto de papel (y puerta) si
quieres usar los baños que están a medio construir (y que son del estilo squat).
Ian en pleno esfuerzo (Foto: M. Roig) |
Pero, en todo caso, puedes disfrutar como yo he hecho de 15
series de mil y motivarte al saber que cada serie te ha costado un dólar y
mucho esfuerzo. Todo es encontrarle el lado positivo.
1 comentario:
Algun dia et tornaran els 15 dòlars, quan en Bekele visiti el complex Marc Roig Tió Universe, a Eldoret!
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