Cada vez hay más alternativas para ir a entrenar en altitud,
pero Yaya Village no es un destino más. Es un destino único. Y Run In Africa lo
ha elegido entre muchos otros para ofrecer a sus clientes la oportunidad de
entrenar en un lugar idílico.
Kaleab, etíope y fundador de la empresa Run In Africa, me
cuenta que la labor de búsqueda fue larga y exhaustiva. No es fácil encontrar
un hotel (o similar) que sea cómodo, seguro, económico (o al menos ajustado en
el precio) y que cumpla todas las necesidades que requiere un atleta. Pero Yaya
Village lo tiene casi todo. Ya verás.
Ideal para venir en familia (Foto: M. Rotich) |
Está situado a las afueras de Addis Abeba, la capital de
Etiopía. Si el tráfico no es horrible, se tarda una media hora en llegar desde
el aeropuerto. Atrás quedan los coches,
la contaminación y el ajetreo de una ciudad con varios millones de habitantes.
Fuera del Yaya Village, de hecho, hay demasiada tranquilidad (le iría bien un
núcleo urbano cercano para ofrecer un poco de entretenimiento, pero seguro que
con el tiempo llegará).
Así amanece en Yaya Village (Foto: M. Rotich) |
La altitud de esta zona es considerable. Entre los 2600 y
los 2700 metros sobre el nivel del mar, los entrenamientos cuestan una
barbaridad. Pero se supone que al volver a casa el rendimiento será muchísimo
mejor. De hecho, varios atletas africanos escogen este lugar para hacer sus
preparaciones de cara a las competiciones más importantes. Ahora mismo está
aquí Ayanleh Souleiman, de Djibuti, que acaba de proclamarse campeón del mundo
de 1500m en pista cubierta. Y hace unos días se fue Abubaker Kaki, de Sudán,
que también suele alojarse aquí con asiduidad. Algunos etíopes, como GenzebeDibaba, no duermen aquí pero vienen a utilizar el gimnasio. Y atletas
extranjeros, como Ryan Hall, deciden vivirlo en sus propias carnes para ver las
diferencias entre entrenar en Flagstaff o aquí. Y el lunes, en la maratón de
Boston, veremos si le ha salido bien.
Y así sale la luna llena (Foto: M. Rotich) |
Yaya Village cuenta con más de 20 habitaciones dobles,
pensión completa, gimnasio (con sauna y baño de vapor) y un carril de 900
metros dentro de la parcela para hacer trotes de descarga o cualquier otro tipo
de ejercicio. Por supuesto que no lo tiene todo y en la lista de “cosas
pendientes” apuntaría que le hace falta llegar a un acuerdo con Bekele para que
la pista no cueste 15$ por visita. Tampoco tiene un desayuno muy variado,
aunque es suficiente. La piscina, que siempre da mucho juego, está en fase de
construcción. Y en ocasiones se echa en falta un poco más de información sobre
los circuitos por los que correr (la zona es bastante ondulada por los
alrededores y cuesta encontrar caminos largos y llanos por los que hacer
tiradas largas). Pero, en general, es un lugar idílico para entrenar. Sólo
tienes que armarte de paciencia durante la primera semana hasta que te adaptes
un poco a la altitud. A partir de ahí… a disfrutar como un enano del entorno y
de su gente.
2 comentarios:
La Vicky i jo estem entusiasmats. Reserva'ns una suite per un dia d'aquests!
Ferran, us encantaria. De fet, aprendries moltes coses sobre construcció amb materials naturals (troncs, bambus, canyes, feixos d'herba...). En faré fotos i te les ensenyaré quan tornem.
Publicar un comentario