domingo, 18 de mayo de 2014

Una preparación diferente

Faltan dos semanas para la maratón de Estocolmo, mi objetivo del año. No es una maratón rápida, pero es una maratón disputada. Nadie dice que ganar sea fácil, pero por lo menos entra dentro de las posibilidades. Tiene algunos puentes, puede hacer calor (o frío), se empieza a las 12 del mediodía y hay premios para los 8 primeros. En la línea de salida habrá corredores con mejor marca que yo (mucho mejor, seguro) pero yo llego bien preparado y como en esta maratón no hay liebres... mi objetivo es mantenerme en el grupo de cabeza tanto tiempo como sea posible. Esto, en la mayoría de las maratones que se disputan en Europa, es prácticamente imposible a día de hoy. Y esta es mi motivación.

He entrenado de manera diferente a otros años. El principal cambio ha sido retrasar la maratón hasta finales de mayo, en lugar de competir en marzo. Esto me ha dado tiempo para ir asimilando el volumen de manera gradual y, además, poder competir en el campeonato de España de 10.000 para ganar algo de ritmo competitivo.

Otra diferencia es que he entrenado en altitud gracias a Run In Africa (en esta ocasión en Etiopía) pero regresando a nivel del mar a un mes de la competición objetivo. De esta manera he podido acumular volumen a 2700 metros sobre el nivel del mar pero sin descuidar la calidad al nivel del mar. 

En cuanto a la calidad, aunque he hecho tiradas largas me ha gustado mucho fraccionar los kilómetros y hacer algo así como series largas a ritmo de competición o tiradas con recuperación. En las dos últimas semanas me he fijado en trabajar los 20 kilómetros con dos formatos diferentes: 4x5000 y 2x10000. 

Y para acabar con los cambios, me voy a concentrar mucho en hacer un tappering exigente: llegar completamente descansado a la maratón con dos semanas en lugar de sólo una. 

¿Os gusta la planificación? ¿Cambiarías algo? Yo por ahora estoy muy contento pero pasada la maratón analizaré bien el resultado con mi entrenador y veremos dónde podemos seguir mejorando de cara a los próximos retos.

martes, 6 de mayo de 2014

Los 25 kilómetros de Berlín

25 kilómetros es una distancia tan atípica a la hora de correr que a menudo hay que recalcular las marcas para entender su valor. Es decir, si os digo que he hecho 1h20'53", ¿sabes realmente si es un buen resultado? Con las medias maratones y las maratones enteras, tenemos nuestros valores de referencia y rápidamente colocamos la marca en un cajón o en otro. Pero con los 25 kilómetros no.

Lo mismo ocurre a la hora de afrontar la distancia. ¿A qué ritmo salgo? Mi idea era buscar un paso por la media maratón similar a mi récord (1h04'57") y seguir así hasta la meta. Este ritmo me podía llevar a 1h16' o 1h17'. Y como el circuito es muy llano y venía de entrenar en la altitud de Etiopía, realmente me creía capaz. Pero no lo conseguí.

El plantel de salida de la Big 25 Berlín siempre es muy alto. Este año, para no ser menos, estaban el doble campeón del mundo de maratón, Abel Kirui; el ganador de la maratón de París 2013, Peter Some; y muchos otros con marcas inferiores a los 60 minutos en media maratón. Eso significaba una cosa muy clara: correría solo.

Mapa de los 10, 21 y 25kms de Berlín

Salí con ganas y disfrutando de una larguísima recta con viento favorable que me llevaría a cruzar la puerta de Brandenburgo. Y el ritmo era correcto, aunque presumía que sería complicado de mantener en la vuelta. Lo que no me esperaba es que perdiera tanta velocidad. Sobre el kilómetro 13, nos reunimos con los corredores de la media maratón (que habían atajado unos kilómetros) y eso significa tener que adelantar a muchos corredores. Pero el circuito es ancho y no molesta; incluso motiva. Pero aunque la sensación de velocidad es alta porque adelantas a muchos corredores, el ritmo seguía cayendo. Y pasé la media maratón, después de un repecho matador, en 1h08'10". Definitivamente, mucho más lento de lo esperado.

Pero luego me adelantó un corredor de relevos (se puede participar con un equipo de cinco atletas, cinco kilómetros cada uno) y me pegué como una lapa. Fue el único momento en toda la carrera en el que corrí acompañado. Y lo agradecí mucho.

No íbamos mucho más rápido, pero fui mucho más cómodo. Recuperé algo de ritmo y terminamos con un esprint (que perdí) dentro del estadio olímpico de Berlín. Basta decir que la entrada al estadio, por el túnel animado con tambores y luces de colores, es apoteósica. El estadio no estaba lleno, claro, pero parece que vayas a ganar unos Juegos Olímpicos. Te creces. Te gustas. Disfrutas. Lo pasas genial. Quieres repetir.

PD: mi clasificación final fue 11º y, con la marca conseguida, he establecido el récord de Catalunya de la distancia. Mi primer récord; ojalá no sea el último.