jueves, 31 de mayo de 2012

Suma y sigue

La actividad atlética no para y como os anuncié, la semana después de Camí de Cavalls tenía que hacer un 3000 con mi club. No negaré que estaba lleno de dudas y antes de salir no sabía si sería capaz de competir en condiciones. Las jornadas de liga o competiciones por clubes suelen tener un esquema muy reptido en las pruebas de fondo: ritmo más o menos trotón durante el comienzo, algún que otro cambio de ritmo para ver cómo están los rivales y el esprint final. Y más o menos fue así.

De salida, Driss avisó que quería salir rápido y le dejamos hacer (no era nuestro rival para nada); la carrera se disputó a partir de la segunda posición. Mientras Driss pasaba a 2'40" el primer mil, los demás marcamos 2'52" y yo empezaba a preguntarme si no podríamos ir un poco más lentos. Luego se aflojó, picamos 2'56" en el segundo mil y empezamos a colocarnos bien. El ritmo se aceleraba, faltaban cada vez menos metros, al toque de la campana Adrià Vila se puso a tirar fuerte, en la contra recta pude adelantarle y mantuve esa posición hasta la meta: 8'29"36" (2'40" el último mil y 58" la última vuelta). [Resultados aquí]. Reconozco que me sorprendí y estoy bien contento porque no he perdido velocidad. ¿Seguiré así y mejor dentro de un mes y medio para atacar mi marca de 5000?

Últimos metros del 3000 con Adrià Vila y Jordi Comas

Por otro lado, este domingo tenemos una nueva salida de esas de "Descobrint el Montnegre", pero esta es especial. Hemos invitado a Just Sociats para que nos haga una masterclass sobre cómo subir y cómo bajar corriols. Si estáis por el Maresme este fin de semana, venid el domingo a las 8 de la mañana al bar El Paso (en el paseo de Calella, al lado de la estación de tren) y disfrutaréis de un rodaje ameno y divertido (con galletas Príncipe de regalo) con todos nosotros. ¡¡No faltéis!!


Just Sociats en pleno descenso

Más info sobre la salida del domingo en el Facebook de Mou-te per Calella.

viernes, 25 de mayo de 2012

Debutando en ultratrail (y II)

La segunda mitad del "trail sud" de Camí de Cavalls se me hizo más larga que la primera. Atrás quedaba esa equivocación al poco de empezar y delante quedaba todavía mucho trayecto. El siguiente avituallamiento estaba a unos once kilómetros pero luego tendría que recorrer otros veinte hasta poder pararme de nuevo.

"Pssss.. ojalá en las maratones pudiera sentarme, ¿no?"

Recuerdo que pasé la hipotética maratón (el km. 42,2 de mi GPS) en 3h38'. Tengo que reconocer que antes de empezar la carrera creía que tardaría entre 7 y 8 horas pero cada vez que recalculaba el tiempo final me daba cuenta de que me equivocaba de nuevo, cada vez más allá de las ocho horas y pronto con la duda de si bajaría de nueve.

Durante los kilómetros siguientes y hasta la meta, me iba felicitando a mí mismo cada vez que el GPS cambiaba de decena en la distancia recorrida. "Felicidades, Marc, ya llevas 50kms"; enhorabuena, Marc, quién te iba a decir que podías correr 60kms del tirón"; "carai, Marc, ¿te das cuenta de que llevas 70kms en las piernas?"; "¡¡80kms!! Marc eres todo un campeón". La soledad del corredor de fondo da para pensamientos muy filosóficos.

Durante esas horas llegué a imaginarme que la carrera es como una vida, donde los kilómetros significaban los años. Los primeros años pasan muy deprisa e incluso nos equivocamos de camino, teniendo que retroceder. Luego llega la juventud y seguimos con las prisas; pararnos nos parece perder el tiempo. La madurez, o crisis de los 40, los 50 o cuando llegue, lo relativiza todo; ya no hace falta ir tan rápido e incluso te preguntas a dónde estás yendo. Te preguntas quién carajo te mandó apuntarte a este circo y quién te obliga a seguir participando en él; te crees en la mitad del recorrido pero tanto la salida como la llegada están tan lejos que ni siquiera las ves. Te resignas y sigues adelante (es lo que has estado haciendo toda tu vida). Y llega la vejez, donde ya vislumbras el final y todo cobra sentido; no tienes prisa por llegar pero anhelas el descanso, el merecido descanso. Miras atrás y te ríes de ti mismo, del ímputo que tenías en la juventud y lo poco importante que resulta ahora. Y llegas a meta: has cumplido.

Más o menos fue así mi carrera, hasta que entre Cala Galdana y Cap d'Artuix, quizá cuando faltaban unos 20kms para llegar a meta, vi a lo lejos que un corredor me estaba alcanzando. Dejé de caminar (hasta ese momento caminaba muy a menudo y corría poco rato); quería ganar la carrera y mi mala táctica (empezar demasiado fuerte) podía dar al traste con el objetivo. En estas carreras de fondo, como pasa en la maratón, gana el que mantiene mejor ritmo al llegar al final. Temí ser adelantado y me centré en no parar de correr: mi ritmo era suave, pero constante. De hecho, había dicho a mis seguidores que llegaría a Cap d'Artuix sobre las 4 de la tarde pero llegué antes (3:40). Se sorprendieron y les contesté que ¡me estaban persiguiendo!

Desde ese avituallamiento hasta la meta sólo quedaban unos 12 o13kms (qué fácil es relativizar distancias). Comí medio plátano, un poco de frutos secos y llené poco el bidón, lo justo para llevarlo en la mochila durante un cuarto de hora, sacarlo para beberlo en los siguientes minutos y guardarlo de nuevo. Hice mis cálculos y dije que llegaría a la meta a las 4:55.

Rompiendo la cinta de vencedor

Los últimos kilómetros del trail sud son muy planos, pero de firme irregular por el tipo de roca que tiene Menorca. Todos los pasos tienen que ser diferentes para adaptarte al terreno y no te puedes despistar. Ves Ciutadella desde lo lejos y te preguntas cuánto tardarás en llegar; luego entras en la ciudad y el asfalto, que siempre me ha gustado, me duele por su dureza; saltando un par de piedras para llegar a una cala tengo un amago de rampa en el isquio derecho. Me asusto. Calculo que me faltan unos tres kilómetros y me da miedo no poder seguir. Avanzo con miedo, estiro un poco, vuelvo a correr y parece que se me pasa. Recupero el ritmo y me avisan que falta menos de un kilómetro; veo el arco de ASICS al final de una calle estrecha. No esprinto, me limito a llegar y son las 4:55. He terminado mi primera ultratrail, la he ganado y durante las próximas horas no quiero oir hablar de correr otra carrera como esta.

Pero ahora ya han pasado varios días y todo cambia de color...

Los resultados completos, aquí.

jueves, 24 de mayo de 2012

Debutando en ultratrail (I)

Hasta la fecha, lo más largo que había corrido eran maratones. Y en cuanto a trails, sólo he hecho un par de veces la Burriac Atac, una vez la Kilian's Classik (25km) y recientemente la Serra de les Fites, en la Pobla de Massaluca; nunca había corrido con mochila ni tampoco había participado en carreras de autosuficiencia, pero reconozco que me picaba la curiosidad. Y me lancé.

La semana pasada se celebraba en Menorca la Camí de Cavalls, la carrera que recorre este famoso trail (GR-223) que da la vuelta entera a la isla. Desde hacía meses me había animado a pensar que la correría (sólo media vuelta, el "trail sud") pues no me coincidía con ninguna competición y no estaba obligado a acabarla; sólo quería probar. Y llegó la fecha y todas mis dudas se convirtieron en realidad.

Sólo dos días antes de la carrera me llegó el material que necesitaba: la mochila tipo camelbag de ASICS y las Fuji-Trainer; mi jefe me prestó una manta térmica que era obligatoria y cogí un par de botes de Isostar para cumplir con las exigencias de los organizadores, así como dos barritas energéticas, el chuvasquero de mi novia, que pesa menos que el mío, el teléfono y un billete de 5 euros por lo que pudiera pasar.


Una carrera en semi-autosuficiencia significa que tiene avituallamientos, pero muy pocos. En los 90kms de carrera que teníamos por delante sólo había cinco puntos con bebida y comida hasta llegar a la meta. Hacía falta planificar bien las reservas, pero yo no estoy acostumbrado a esto y en cambio el peso de la mochila me daba miedo. Mi solución era llevar siempre lo mínimo posible: uno de los botes vacío y el otro sólo medio lleno (200-300ml).

Al principio llevaba los botes en las tiras de la maleta pero pronto me molestaron y opté por llevar el vacío dentro de la mochila y el otro en la mano, hasta que lo vaciaba y lo ponía también en la mochila. Lo único que me quedaba al alcance era el móvil, porque tenía dicho a mis animadores que me llamaran de vez en cuando, que 90kms se me antojaban muy largos. ¡¡Y me llamaron un par de veces!!

Mi duda principal era qué ritmo llevar desde el comienzo. Había hablado unos días antes con Pablo Vega y él me decía que debía correr a un ritmo que pudiera mantener hasta el infinito. El problema es que en los primeros kilómetros hay mucho asfalto y yo tenía miedo de que corriendo despacio me cansaría muy pronto. Y salí a 4'30", más o menos. 

La experiencia fue interesante; me equivoqué antes de llevar 10km y tuve que desandar un buen cacho, algo que da mucha rabia (como si no fueran suficientes kilómetros, yo hacía extras). Llegué al primer avituallamiento (km. 13) al cabo de una hora, rellené mi bidón y cogí una barrita energética que me comí al cabo de pocos kilómetros. El seguno tramo era más largo (19km) y empecé a ver que mi ritmo era demasiado vivo. Desde allí salían los corredores del "trekking sud" a las 11, tres horas después de nuestra salida, y al llegar todavía no habían empezado. Mientras me animaban bebí un poco, rellené mi bidón y cogí un bocadillo de jamón y queso que me fui comiendo mientras seguía adelante caminando.

La próxima parada sería en Sant Tomàs, en el km. 44, lo que correspondía con la mitad de la carrera. Este tramo, aunque no muy largo, ya me costó más. Mis ratos corriendo se intercalaban con otros caminando y cada vez con más frecuencia. Desde el comienzo había ido solo (primero) pero la falta de referencias son insufribles; de vez en cuando me adelantaba algún corredor del trekking sud y les preguntaba quién venía por detrás, a cuánto estaba y cómo le veían, pero es una información muy subjetiva que no me sacaba de demasiadas dudas. 

Llegando al tercer avituallamiento

Por suerte, el día seguía muy nublado y el calor no apretaba pero yo tenía ganas de parar. Después de un par de avituallamientos pasados casi a la carrera, en este tercero me senté por primera vez, me dediqué a beber bien y a refrescarme la cabeza y por fin hablé con mis acompañantes. Me contaban cómo estaba la carrera, qué tal les había ido a los que habían corrido la distancia entera y me preguntaban cómo me encontraba yo. Se les veía contentos y quedamos en vernos en el próximo avituallamiento (km. 55) sobre las 13:30, pero esto se está alargando mucho y continuaré mañana.

lunes, 21 de mayo de 2012

Camí de Cavalls

Me dicen que soy un corredor atípico y supongo que tienen razón. Estoy preparando la distancia de 5000 metros en pista y este fin de semana me lo ha pasado en Menorca para debutar en una carrera trail de larga distancia, el Trail Sud de la Camí de Cavalls:



Ha sido una experiencia muy interesante; lo ha pasado mal y me lo he pasado bien. Se me ha hecho largo, muy largo, pero me he sentido satisfecho con la participación. Han sido 90kms de bonitos paisajes, grandes experiencias y muchos descubrimientos. Ahora os dejo con alguna foto y durante la semana publicaré más impresiones, así como la recuperación que estoy teniendo porque el domingo me toca un 3000. 

Reponiendo fuerzas en uno de los avituallamientos (Foto: organización)

Llegando a meta; muy contento (Foto: organización)

lunes, 14 de mayo de 2012

Una semana después

La idea de correr en Macedonia era buena pero uno nunca sabe si de verdad se recuperará bien o si será una mala inversión. Reconozco que la noche después de la maratón me costó mucho dormir y a las 3 de la mañana ya me tuve que levantar para ir al aeropuerto, me pasé el día haciendo recados y trabajando pero a última hora salí a correr y las piernas lo agradecieron. El martes tocaban series y quise probar: 2x4x500 a 1'23" con un minuto y tres entre grupos; nada mal. El miércoles fue un rodaje suave, el jueves otro más corto pero con cinco cambios de un minuto y el viernes casi nada. El sábado llegaba el test, la liga de clubes.

Con el Laietània y por tercer año consecutivo, me tocaba participar en el 5000. En las dos anteriores ocasiones había ganado la carrera (de 16) y conseguí los máximos puntos pero en esta ocasión... uno nunca sabe del todo cómo se encontrará. Antes de salir el polen invadía el aire y era casi imposible calentar, luego empezó a llover y reconozco que la cosa mejoró: se podía respirar (aunque se sudaba mucho). Se dio la salida, salió un atleta a dar guerra (1'08" el primer cuatrocientos) y ya no hubo tregua.

Hasta el 3000 no alcancé al escapado y hasta más allá del 4000 no se descolgaron ni él ni el otro atleta que me había acompañado en la persecución. Por un margen de cinco segundos me hice con la victoria y con una marca de 14'59" me voy más que contento a casa. Empieza la temporada de pista; dentro de dos semanas haré un 3000 (campeonato de Catalunya de clubes) y en julio un par de 5000 a por marca.

Los resultados de la liga, donde el Laietània se ha proclamado campeón en categoría masculina por segundo año consecutivo, aquí.

lunes, 7 de mayo de 2012

Una maratón pequeña, una aventura grande


Me habían invitado el año pasado pero no fui; este año me invitaron de nuevo y no me pude resistir: ayer corrí la maratón de Skopje, la capital de Macedonia.

Macedonia es un país de la antigua Yugoslavia, quizá el más desconocido de todos ellos. No sabría decir qué es exactamente lo que me atrae de este rincón, pero me gusta estar ahí. Es la tercera vez que lo visito, aunque hasta ahora me había ido más a Ohrid (que es mucho más bonita) y había dejado la capital como punto intermedio de los viajes. Pero ahora ya me conozco la capital; he dado un par de vueltas de 21kms y eso le da a uno cierta perspectiva.

En cuanto a la carrera, hay poco que decir. Me avisaron que habría un par de kenianos y al llegar a Macedonia me enteré que también había un ruso fuerte y un húngaro que ya conocía de mis carreras en Ohrid. Con esta información, yo calculaba hacer tercero y la idea, desde antes de empezar, fue conseguir esta posición.

El circuito es completamente llano (me atrevería a decir que es más llana que Rotterdam), pero el asfalto es de muy mala calidad, tiene dos giros de 180º por vuelta y la temperatura superó los 30º en todo el recorrido. Los atletas élite no tienen bebidas personales pero a cambio hay 15 avituallamientos en toda la maratón (lo habitual son 8 puntos): botellas de agua, algo de fruta y barritas energéticas.

Y ¿cómo fue la carrera? Los dos kenianos salieron fuertes; me suena que querían hacer 2h15'. Más atrás salimos un par de húngaros, el ruso y yo. Como mi idea era quedar tercero, el tiempo me importaba poco y no quería preocuparme en ningún momento de cómo iba al ritmo que iba; por lo tanto, salí sin cronómetro. Es una sensación extraña; te fijas sólo en el ritmo del grupo y la cabeza no calcula si vas a aguantar, si estás aflojando ni nada por el estilo. Es la primera vez que corro una maratón así y la experiencia me ha gustado. Pero los otros sí llevaban reloj.
Diciendo a los húngaros: "es por ahí".

Parece que al ruso nuestro ritmo no le gustaba y antes del kilómetro tres ya se había ido. En ese momento se me escapaba la tercera posición, pero era muy pronto y todo podía pasar. De hecho, gracias a los giros de 180º es muy fácil seguir los acontecimientos de la carrera: quién va delante, cómo está corriendo, cuánto te lleva... Al ruso se le veía bien, pero uno de los kenianos ya no podía seguir al otro y llevaba un correr muy pesado; era el kilómetro ocho y la cosa pintaba bastante bien.

Seguí con los húngaros, más detrás de ellos que delante, hasta cerca del 17. Allí cogí yo el ritmo y en el segundo giro vimos al ruso delante del segundo keniano; su correr seguía tosco. Pasamos le media por encima de 1h15' (sinceramente pensaba que íbamos un poco más rápido) y la segunda vuelta empezaba bien. Uno de los húngaros se descolgó y el otro no quería dar ningún relevo. En el tercer giro vimos que el keniano ya estaba muy cerca y hacia el kilómetro treinta lo adelantamos. En ese momento ya íbamos tercero y cuarto, sólo era cuestión de ganar al esprint. Pero... ¿quién quiere llegar al esprint en una maratón? Mi compañero empezaba a desfallecer y en el 36 decidí que mejor dejarlo ahora por si al final se veía con fuerzas. Le solté con facilidad pero a partir del 38 yo también estaba muy cansado y temí que me alcanzara. Luego me dijo que le habían cogido rampas; qué suerte. Los cuatro últimos kilómetros ya me sobraron; al parecer, el ruso estaba cerca y pinchando pero yo también y no pude recortarle. Hay que ver lo que se puede ganar en los últimos kilómetros si se llega con fuerza. Sólo con ser capaz de acabar los últimos cuatro a 3'30” le habría alcanzado (terminé a algo más de 4'00”), pero esto resulta muy fácil de decir y algo más complicado de hacer.
Dando un poco de espectáculo al cruzar la meta.

Total, que conseguí el tercer puesto que había previsto (resultados). 2h34' no es un resultado brillante pero tampoco es lo que buscaba. He ganado una experiencia más, que es lo que quería, y me he ganado unos euros que me vendrán muy bien para pagar las alianzas y tachar una cosa más de la lista. Y además, algunos macedonios se acordaban de mí como doble vencedor en Ohrid y me dijeron que el año pasado habían tenido problemas económicos pero que para este intentarán organizar de nuevo los 30kms el día de la independencia, el 8 de septiembre. Si es así... pronto regresaré a Macedonia pero ahora toca pensar en la pista. Tengo ganas de acercarme a mi marca (14'09”) y ojalá batirla.  

miércoles, 2 de mayo de 2012

Haciendo run-run

¿Cuál es el sonido de la fórmula 1? Si le llamamos run-run es algo así como "correr-correr" y eso mismo es lo que hicimos varios miles de valientes que ocupamos el circuito de Montmeló para competir en el campeonato de Catalunya de 10km (en caso de  tener licencia) o participar en la carrera que da soporte a la investigación de la esclerosis múltiple (todos).

Pillando la curva por dentro (foto de cuatrosport.com)

Para mí era la primera vez que estaba en Montmeló; no soy muy aficionado a los coches ni a las motos. La primera impresión, al recorrer el circuito sin motor y con dos piernas, es que sube mucho y baja todavía más. La salida estaba colocada en la parte más alta del circuito y se empezaba bajando hasta la línea de meta (donde se ondea la bandera a cuadros) y desde allí había que dar dos vueltas enteras al circuito. Durante la carrera, Josep Maria Antentas (el speaker), decía que el circuito de motos y el de coches era diferente y que nosotros hacíamos el más largo, pero no me acuerdo cuál de ellos era. Se ve que alguna curva no se disputa o se recorta en una de las modalidades.

Total, que la carrera salió animada y yo me quedé en un segundo grupo. Se escaparon Pol Guillén y Adrià García. Al empezar la segundo y última vuelta me animé a perseguirlos, cogiendo referencias visuales con el cronómetro, pero pronto descubrí que el hueco entre nosotros se hacía más grande. Y así llegué a meta, tercero con 31'50". No es un resultado brillante pero estoy contento. Este domingo... me toca excursión.

Aquí tenéis los resultados.