jueves, 15 de septiembre de 2011

Un chico de portada

El número de septiembre de la revista catalana Marathon lleva una foto muy interesante en la portada más una entrevista de ocho páginas sobre eso de correr y viajar y demás preguntas curiosas, entre otros muchos temas (mundial de Daegu, el premio Príncipe de Asturias para Haile Gebreselassie, el Ultra-trail de Mont Blanc, una carrera de 250kms por el desierto del Gobi...).


La revista no se vende en los quioscos y sólo puede conseguirse por suscripción; quizá este número era el motivo que estabas esperando para apuntarte. Aquí tienes la explicación de cómo solicitarla y cuánto cuesta.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Il tassista volante

El sábado pasado se celebró en la localidad holandesa de Winschoten el campeonato de Europa y del Mundo de 100kms, una distancia poco habitual y silenciosa que, no obstante, cuenta con muchos años de historia. Pero ¿quiénes son los héroes (o locos) que participan en esta carrera?

Muchos tendrán historias anónimas, pero sorprende el caso del ganador de este año, el italiano Giorgio Calcaterra (ya ganó en 2008), que corrió en 6h27' y se dedica a conducir un taxi por Roma. Algunos ya le han apodado "Il tassista volante" y no les sobra razón. A sus dos medallas de oro en campeonatos del mundo de 100kms hay que sumar una marca personal en maratón de 2h13'15" (2000) y un récord honorífico de mayor número de maratones corridas en menos de 2h20' en un año: ¡¡¡dieciséis!!!

Me pregunto cómo le sentarán los atascos de Roma... Y sigo buscando por internet y resulta que le han hecho un documental:



Los resultados completos de la carrera, aquí. El español José Antonio Requejo terminó 13º (7h08'05") mientras que Ricard Vergé y Ludisvindo Romero se retiraron.

martes, 6 de septiembre de 2011

Se acabó el mundial

Ya pasó el mundial de atletismo: ese que se ha celebrado en Corea del Sur, ese que las televisiones han ninguneado y, como dirán algunos, ese que ha sido el peor mundial de la historia para España. Todo ello es cierto, pero simplificarlo así es quedarse muy corto.

El atletismo es un deporte universal, el más sencillo de practicar (si nos olvidamos por un momento de concursos como el salto con pértiga o el lanzamiento de martillo) y donde los medio técnicos tienen sólo una parte de la razón del éxito. Quizá ésta sea la lectura que hay que sacar de este mundial; ni Kenia ni Jamaica tienen las mejores becas o los mejores campus universitarios para que sus atletas lleguen al máximo nivel, pero se han llevado gran parte de las medallas en fondo y en velocidad, respectivamente. 

Ahora resulta que España sólo ha conseguido una medalla de bronce y un cuarto puesto. O antes éramos muy buenos y se ha terminado la cosecha, o antes vivimos un espejismo al que podremos llamar "puerto" o "galgo" a partir de ahora. Seguramente habrá un poco de cada pero el futuro parece el mismo en ambas situaciones.

Yo también pienso que la federación no es lo eficiente que debería, pero me pregunto si el sistema de becas puede cambiar nuestro nivel. A fin de cuentas, lo que ellos llaman "beca" es sólo un premio; sólo después de conseguir un gran resultado se animan a pagarte un poco y, en el caso de que no mantengas el nivel durante los próximos 18 meses, la beca se termina. No voy a negar que la beca es una buena ayuda, pero termina por convertirse en un objetivo per se: conseguida la beca, ya tengo 18 meses de tranquilidad. Pero llega el punto en que no se anda tan fino y la beca se acaba, el atletismo deja de ser rentable y los atletas se acercan a la cola del INEM. Hace sólo dos semanas leía en La Vanguardia que un tercio de los deportistas retirados está en paro. Quizá mejorando la economía española mejore nuestro atletismo (no soy economista ni vidente para saber esto), pero se agradecería por parte de la federación que se consiguieran ayudas más interesantes que las propias becas económicas. 

En el atletismo, a diferencia de otros deportes, no necesitamos tantas horas al día para entrenar; un trabajo a media jornada puede dar la estabilidad necesaria para que el atleta consiga, con el paso del tiempo, el máximo nivel que es capaz. E incluso me atrevería a decir que le mantendría alejado de la tentación del dopaje, porque sabe que su vida no depende únicamente del atletismo. 

No hace falta ir muy lejos en el tiempo para descubrir que los mejores atletas del mundo (Zátopek, Bannister, Bikila, etc.) eran trabajadores, estudiantes o funcionarios. Por lo tanto, y como conclusión, podemos culpar a la RFEA (Real Federación Española de Atletismo) del descalabro sufrido en este mundial de Corea pero la única manera que tenemos como atletas de remediar nuestro bajo rendimiento es buscando un trabajo compatible con nuestros entrenamientos y entrenar tan duro como nos sea posible, sin pensar que la federación moverá un dedo para ayudarnos. Más adelante, si de verdad somos buenos, quizá iremos al mundial y volveremos con una medalla; pero no conseguirlo nunca se considerará un fracaso.