lunes, 17 de mayo de 2010

El meeting de Eldoret


Bajo un sol de justicia y con un formato raro para ser un meeting, el viernes empezó el meeting de Eldoret. En el 5000 masculino hubo cuatro series; en el 1500, incontables y en el 800... ya me había ido. Cada prueba reunía más de 100 participantes (recuerdo que para el 1500 el speaker dijo que eran 112) e incluso se disputó el lanzamiento de peso, el de disco, la longitud femenina y el triple masculino (para que digan que en Kenia sólo existe el fondo y mediofondo).


Aunque era atletismo en estado puro, por no conocer a la mayoría de atletas y sufrir las incomodidades de sentarme en el suelo, después de un par de horas me levanté y me fui. Pero he aquí lo que vi, que no es poco.


Cada serie de 5000 reunía a más de veinte atletas y todas empezaron la primera vuelta a poco más de minuto (entre 61 y 64 segundos), lo que a dos mil metros de altitud se convierte en un suicidio. Las series más rápidas consiguieron terminar el primer kilómetro en 2'40” pero poco a poco se aflojaba y terminaban en unos meritorios catorce pelados (14'10”, 14'01”...). Desde la mitad de la carrera, cada atleta iba a su ritmo y se distinguía a los primeros corredores porque eran los únicos que juntaban un grupo de dos o tres atletas. ¿Por qué habiendo cuatro series no se reunía a los mejores en una serie y los demás en las sucesivas? Eso mismo me pregunté yo y la respuesta es bien sencilla: el viernes eran las semifinales; el sábado, la final. No está mal correr en poco más de catorce minutos el 5000 a dos mil metros de altura y pretender mejorar marca al día siguiente, pero algunos lo hicieron.


El sábado el ganador fue Moses Kibet (13'47”6), después de un buen esprint con Isaiah Kiplang'at (13'47”9) y Abraham Kiplimo (13'49”3). Y en el 1500, se batió el récord del estadio: 3'37”5. Pero el sábado yo no estaba en el estadio.


El viernes también había visto alguna serie del 1500 y reconocí al único atleta de la matinal: el obstaculita Saif Shaheen (en la foto con pantalón rojo y camiseta blanca). Desde donde estaba yo, él ganó su serie con 3'42”, pero el periódico del sábado dice que quedó segundo (3'44”6) detrás de Keitany (3'44”2).


Lo importante de todo ello es que Nikson Chepseba, subcampeón de África júnior, paró el crono en 3'37”5 en el Kipchoge Stadium de Eldoret. Y para los amantes de la estadística, el peso se ganó con 14 metros, el disco con 26m59 y los saltos (en una pista que no tiene foso, solo un poco de tierra machacada con la azada) fueron para Emily Cherotich en longitud con 4m39 y un asombroso 15m56 en triple para Newton Rotich.


Y el próximo domingo, la Sotokoto Safari Half Marathon, en el Uhuru Park de Nairobi, aunque yo estaré en Ruanda; qué lástima perdérmela porque tiene buena pinta.

3 comentarios:

txeiks dijo...

Ja veig que ho estàs aprofitant al màxim...
M'apuntut el llibre de l'Eduardo Garrigues, ja et diré què tal.
Records!

Solidamente dijo...

¡Qué interesante tu crónica! Tenía una duda que preguntarte... ¿las marcas en esa pista son válidas para la iaaf? Esque no parece ni tartán...

Marc Roig Tió dijo...

Txieks, ja em diràs què et sembla el llibre. Ens veiem a l'estiu!

Solidamente: es una buena pregunta. La pista no es de tartán, pero creo que las marcas son válidas porque en la crónica del periódico decían que hubo dos mínimas para el campeonato de África. Pero no tengo ni idea.