lunes, 11 de abril de 2011

Un trabajo minucioso


Es la tercera vez que Alessandra Aguilar me contrata para que le haga de liebre y, afortunadamente, es la tercera vez que sale bien. Nuestro binomio empezó en Rotterdam en el 2008, su debut, con 2h29'03" (Un buen binomio) y siguió un año más tarde en Hamburgo 2009 con 2h29'01" (La fortaleza de Alessandra). En el 2010, Alessandra decidió ir al campeonato de Europa de Barcelona sin competir en primavera y este año hemos vuelto a Rotterdam.


Después de la gran temporada invernal de Alessandra, el objetivo parecía claro: batir el récord de España de maratón. Pero una gripe se cruzó por el camino a mediados de febrero y colocó un gran interrogante en la planificación. Durante dos semanas, se suspendieron sus entrenamientos y aunque los retomó con buenos ritmos y sensaciones, dos semanas es mucho tiempo.


Antonio Serrano, su entrenador, quería salir a arriesgar, pero Alessandra no lo veía tan claro. Sin embargo, Aless se fía tanto de mí en carrera que va sin reloj y a mí Antonio me pidió que saliéramos rápido. Y salimos con la intención del récord, aunque sabiendo que en Rotterdam la marca se consigue si se corre al final.


Para los primeros kilómetros me ayudaron Michiel Ottien (curiosamente es el holandés que sale detrás de Alessandra en la primera foto del enlace "Un buen binomio") hasta el kilómetro 20 y José Manuel Abascal hasta el 26. Con parsimonia, sin cebarnos cuando es muy fácil correr, los kilómetros iban cayendo al ritmo pactado. La media la cruzamos en 1h13'45" y, aunque parecía que estábamos muy lejos del récord (2h26'51") no era descabellado soñar con él. Tocaba recuperar segundos pero, sobre todo, no cometer errores.


Del 20 al 25 nos encontramos con el tramo más difícil a causa del viento en contra y fue un acierto no querer entrar en una batalla con él. Abas y yo corrimos lo más pegados que pudimos haciendo un muro para proteger a Alessandra y, sin preocuparnos, cedimos unos segundos que nos dieron aliento para lo que venía después.


Del 25 al 30 ya no había viento, pero es otro tramo complicado. Antes del 26 se cruza el gran puente Erasmus (Erasmusbrug) y en el 27 hay un gran bucle. Le pregunté a Alessandra si quería que aflojáramos un poco en ese parcial para llegar con fuerzas al 30 pero me contestó que no hacía falta, que iba muy bien.


A partir del 30, la maratón de Rotterdam tiene dos lecturas. Si has corrido demasiado en los kilómetros anteriores, descubres una carretera abandonada en mitad del bosque, sin público ni alicientes para mantenerte y el ritmo decae; pero si llegas ahí con fuerza, entras en un paraíso de sombra (ya es casi la una del mediodía), con un entorno privilegiado donde los pocos aficionados que encuentras se desviven por animarte y el trazado no parece llano sino cuesta abajo: los kilómetros parecen más cortos porque tardas menos segundos en recorrerlos y te animas al ver que tu tiempo mejora cada vez que miras el reloj. Éste es el truco de Rotterdam.


Y lo cierto es que íbamos lanzados. En algún momento me fijé que Alessandra hacía la goma y tuve que frenarme pero en general, se pegó a mí todo el rato. Y llegó el kilómetro 35 y seguíamos recortando tiempo; y llegó el 37, donde estaba Antonio Serrano y se dio cuenta de que íbamos mejor de lo que él esperaba (lo del récord era más un sueño que una espera); y llegó el 38 y yo me paré. La euforia pudo conmigo y, al igual que un ciclista que lanza el esprint, gasté mis fuerzas en lanzar a Alessandra y ponerle el ritmo crucero que necesitaba para llegar a meta. Del 37 al 38 noté que mi ritmo decaía un poco y le comenté a Aless que iba muy justo. Y ella, como una gran profesional, me dio permiso para pararme. Se veía capaz y lo consiguió. Siguió hasta meta ella sola, mantuvo la marcha que le había puesto y cruzó la meta en 2h27'00" (1h13'15" la segunda media), mejorando su marca en 2'01" y quedándose a sólo nueve segundos de tener el récord. Pero no le importó; estaba eufórica.


Para todos aquellos interesados, nuestros pasos de cada 5000 fueron los siguientes: 17'35", 17'14", 17'31", 17'22", 17'45", 17'32", 17'23", 17'12". Merece la pena destacar el incremento de ritmo en el último 20.000 y os animo a clicar en los parciales de todos los atletas élite de Rotterdam y ver que sólo consiguieron hacer lo mismo la primera y la segunda clasificadas y ningún chico. [Para resultados, click aquí]

12 comentarios:

Furacán dijo...

Enhorabuena a Aless y a ti por la parte que te toca.

Antonio Perea dijo...

Fue la alegría atlética del fin de semana sin duda. Muy grande Aless!

Franfri dijo...

Fantástico. Trabajo perfecto, rematado con maestría por Alessandra. Me alegro por ambos. El récord de España tiene los días contados

Ferran dijo...

Felicitats (als 2!)!! I que consti que ho vaig clavar: 2h27'!!

Llàstima de 9"...

Rafael dijo...

FELICIDADES POR ESE BUEN TRABAJO, EL TIEMPO NETO DA ALGUN SEGUNDO MENOS,ASI QUE MEJOR TODAVIA.
UN ABRAZO.

Santa Biología dijo...

Enhorabuena Mark. Magníficos parciales. Espero que ese binomio perdure porque seguro que nos daréis muchas más alegrías a los amantes del atletismo.

Un saludo

Rafa González dijo...

Qué grande que es Alexandra!!! SEguro que el record cae, pero el objetivo de la carrera cumplido con creces, ¿no?. Gran trabajo el tuyo, Marc, que hacer de liebre es mucho más duro de lo que parece (y mucho más difícil). Enohorabuena!!! Por cierto, siempre pones fotos con algún detalle curioso....¿allá la gente se saca las sillas a la calle para animar? jeje

Lukas dijo...

Felicidades por la gran carrera Marc.

Puede ser que hasta algo mas alla de la media maratón fuistes con el estonio que llevaba 4 meses en Kenya entrenando para hacer un sub2h30'?

Saludos

del porvenir dijo...

Una vez más, gracias por compartir estos relatos con nosotros. Y, por supuesto, enhorabuena "Liebre"
Vicente

Anónimo dijo...

Ya caerán esos nueve segundos.

Marc Roig Tió dijo...

Rafa, en esa parte del circuito sí hay aficionados con sillas. En total (según el organizador) se habla de un millón de espectadores, aunque en la zona del 30 al 37, como está alejado, la mayoría llevan sus sillas y hasta los bocadillos.

Sí, Lukas, estaba allí el estonio. Pero al final se descolgó, una lástima.

Gracia a todos por los comentarios; fue una carrera bien buena y disfrutada, la verdad.

ERT dijo...

Felicitats!