viernes, 11 de abril de 2014

Bekoji



A algunos todavía no os resultará familiar este nombre, pero a muchos otros sí. Y la razón de que este pueblo etíope de unos 20.000 habitantes se haya convertido en famoso de la noche a la mañana es un documental. ¿Has visto Town of Runners? Entonces conoces Bekoji. Y sus personajes.

Con Brook, al final del entreno (Foto: M. Rotich)

Brook, el adolescente que hace las veces de narrador, existe. Ya no tiene la tienda de productos básicos a la entrada del pueblo, pero está dispuesto a contarte cómo han cambiado su pueblo y su vida con la película. También existe el entrenador, al que todo el mundo llama “coach”. Y también existen las dos chicas protagonistas, pero con ellas no coincidí (aunque me dice un pajarito que quizá visitarán España dentro de unos meses).

El famoso coach de Town of Runners (Foto: M. Rotich)

Bekoji ya existía antes de la película, pero ahora está más preparado para los turistas (no mucho más, pero hay algún hotel nuevo). Nosotros nos hospedamos en el Wabe hotel, de 18 y con continuos cortes de luz y de agua. Pero estábamos en Bekoji. Hay otro hotel que es propiedad de Kenenisa Bekele y al parecer era el más famoso antes de la construcción del Wabe.

El hotel Wabe, a la entrada del pueblo (Foto: M. Rotich)

A Bekoji, los turistas llegan gracias a la película “Town of runners”. El pueblo en sí tiene poco atractivo turístico a parte del mercado que se celebra los lunes y los sábados y la nueva iglesia que está en construcción. Existe un training camp propiedad del gobierno de Etiopía en el que entrenan 26 chicos y 26 chicas de edades inferiores a 19 años y la famosa pista de atletismo de arcilla que hay que reparar cada año después de la época de lluvias. Además del bosque de eucaliptos en el que se realiza el famoso entreno de zig-zag, pero esto os lo contaré otro día.

La nueva iglesia en construcción, siguiendo las directrices de los templos etíopes (Foto: M. Rotich)

Para llegar a Bekoji desde Adis Abeba, la capital, se necesitan más de cuatro horas por culpa del éxito económico que está experimentando el país. La ciudad de Adama, a medio camino, está llena de polígonos y empresas que no han parado de crecer y así lo ha hecho el tráfico rodado. El problema es que el autopista de pago que acortará el viaje a poco más de dos horas todavía no está terminada y hay que sumarse a la caravana de camiones en la carretera de doble sentido por lo menos hasta la ciudad de Adama. A partir de ahí el tráfico es menor y la carretera está desdoblada, un tema que su vecina Kenia seguro que envidia (porque en el apartado de diferencias entre Kenia y Etiopía, la partida sobre las carreteras la gana de calle este segundo país).


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin llegan noticias!!!
Y esperamos más...
Besos.

La mare

mòmo dijo...

Sabe a poco. Queremos más.

El Velofondo dijo...

Yo conozco la película por el libro "Atletas de las tierras Altas", no por la película