lunes, 14 de abril de 2014

Entrenando en Bekoji




He estado dos días en Bekoji y he tenido ocasión de hacer dos entrenamientos en grupo y dos rodajes de descarga por la tarde.

A parte de los atletas del training camp del gobierno, la mayoría de corredores que viven en Bekoji entrenan a las órdenes del famoso “coach” de Town of Runners. Los entrenamientos son variados pero hay dos escenarios famosos per se: la pista de arcilla y el bosque de eucaliptos. Y yo tuve la suerte de entrenar en ambos.
Trotando por dentro y por fuera de la pista de Bekoji (RunInAfrica)

El método etíope es muy diferente del keniano. Aquí nadie entrena por su cuenta y todos siguen a rajatabla las órdenes del entrenador. Dentro del grupo (de cerca de 100 unidades) el entrenador divide a los atletas en grupos de 4 a 8 unidades y éstos, en fila de a uno, empiezan el calentamiento (rodar unos 15 minutos de manera progresiva).

Una hora entre los árboles de Bekoji (Foto: RunInAfrica)
El día que tocaba pista, muchos de los atletas tenían “time trial”, es decir, una especie de test o competición. Yo no estaba en este grupo pero sí en el de 1h20’ de trote progresivo por los alrededores ondulados de la pista (con mi grupo de 8 atletas). Pero yo no descubrí que tenía que correr tanto tiempo hasta que llevaba 20 minutos y estaba muerto. Me enfadé un poco porque nadie me había traducido del amárico lo que había que hacer. Yo sólo me puse detrás y aguanté hasta que no pude más. Luego seguí un poco a mi ritmo y acabé con 10x200 para convencerme de que había entrenado algo (hay que recordar que Bekoji se asienta sobre 2800 metros de altitud sobre el nivel del mar y correr ahí se hace muy difícil).

"La sombra de los eucaliptos es alargada" (Foto: RunInAfrica)
El segundo día la experiencia fue más positiva: zig-zags en el bosque de eucaliptos. El calentamiento fue idéntico y de nuevo me asignaron un grupo (ahora sólo éramos cinco) que avanzó y avanzó en perfecta fila de a uno durante exactamente una hora mientras cambiábamos de sentido a cada árbol que nos encontrábamos. Para que os hagáis una idea de lo perdido que estaba mi GPS con este entrenamiento, se creyó que en esa hora de ejercicio corriendo y girando y corriendo y girando sólo recorrí 5 kilómetros. Reconozco que no íbamos muy rápidos porque cada pocos metros (a veces menos de 3 metros) ya frenábamos y girábamos, pero ¡¡sólo 5 kilómetros…!! creo que se equivocó un poco.
Vueltas y más vueltas a los árboles (Foto: RunInAfrica)

El caso es que el bosque en sí está en pendiente y la erosión del suelo produce que muchas raíces queden por encima de la superficie. Yo no me tropecé aunque tuve varios “casis” y, en todo caso, el corredor que iba delante de mí en la fila de uno, sí se cayó una vez golpeando el suelo con toda la cara. Pero se levantó y continuó el entrenamiento (lo bueno de esta sesión es que si te descolgabas un poco podías “ahorrarte” un par de árboles y volvías a enganchar el grupo).

3 comentarios:

Raúl Muñoz dijo...

Certament són entrenaments molt diferents, sense comparació amb els que fem aquí, o els de Kenya. Bé, tot suma per canviar hàbits i millorar. Bona crònica, Marc.

Toni Tom dijo...

Lo de los árboles mola, imagino que se seguirá alguna trazada ordenada y no aleatoriamente. En ese caso, serían más probables los cabezazos que las caídas.

Marc Roig Tió dijo...

Gràcies, Raúl. Va ser una bona experiència i m'agrada que al compartir-la al blog la gent ho disfruti.

Toni, ninguna trazada en particular. El que va delante manda y hay que vigilar porque por lo menos hay otros diez o doce grupos de atletas haciendo lo mismo. Lo raro es no chocar, jaja.