El pasado domingo 30 de septiembre, en la capital alemana, el pequeño Haile Gebresselassie estableció un nuevo tope mundial para la maratón y un nuevo tope mundial a su particular cosecha: ya acumula 25.
25 récords del Mundo desde que se iniciara su cuenta en Hengelo, en 1994, con los 12'56"96 en los 5000m.l. Por aquél entonces ya se había coronado campeón del Mundo de 5000m.l. y 10000m.l. en categoría junior (92) y campeón del Mundo absoluto en 5000m.l. en Stuttgart (93).
Luego vinieron los récords de 2 millas, 5km y 10km en asfalto, el 5000 indoor... Otra medalla de oro en el campeonato del Mundo de 1995 (5000), las medallas de oro en los JJOO de Atlanta (5000 y 10000), otro oro en el mundial de 1997 y otro en el del 1999, otro oro en los JJOO de Sidney... Los récords no paraban de caer y las medallas ya no le cabían en su cuello. Pero él quería más.
Desde que con 16 años y sin haber "entrenado" nunca (su estilo de vida era más duro que la mayoría de los entenamientos que realiza cualquiera de nuestros juniors, pero para él no era más que un medio de transporte); decía, que a los 16 años corrió una maratón por querer parecerse a su ídolo Abebe Bikila, que en 1960 fue campeón Olímpico en Roma completando los 42,195km descalzo. Y allí se forjó el campeón. Aunque su marca al terminar fue de 2h42' soñó con que podía emular e incluso superar a su ídolo. Y empezó a enternar duro.
Su laureado caminar -correr- por las distancias inferiores no ha sido más que un paso previo a lo que supone la culminación de su tarea. Y el domingo pasado puso uno de los último puntos sobre las íes. Conseguir el récord del Mundo a sólo 10 meses de los JJOO de Pekín supone tener los deberes hechos; y quitárselo al mismísimo Paul Tergat (siempre segudo detrás de él, pero que hasta ahora se había exprimido mejor en la maratón) es un órdago en toda regla.
El tiempo hablará, pero hasta entonces todo está preparado para seguir soñando. Para que al igual que aquél jovencito de tez morena, al oir a sus mayores contar la victoria de Abebe Bikila en Roma, empecemos a soñar. Pero no solamente soñar, sino también creer. Creer que se puede y poner todo lo que está a nuestro alcance para conseguirlo. Impossible is nothing.
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