Durante el mes de mayo, dedicado a la Virgen María, es común hacer alguna romería; pero hacerla solo no tiene el mismo interés. Después de decidir con quién irse de romería es necesario pensar dónde y este dónde suele ser un punto cercano. Pero no siempre es así.
Si A parte de Sant Pol de Mar (Barcelona) y B parte de Amsterdam, el punto más cercano es el intermedio entre ambos y calculado a ojo el punto C es París. Y a París que nos fuimos.
Quedamos el pasado viernes en el centro de París, por la mañana, para hacer una romería a Notre Dame. La primera parte la hicimos por la orilla del Sena, desde la estación de tren de París-Austerlitz (donde yo había llegado) hasta la catedral de Notre Dame. La segunda parte, la del día, dentro de la catedral después de una Misa bastante ruidosa por el continuo deambular de turistas de todas las naciones. Terminada esta parte comimos a los pies de la basílica del Sagrado Corazón y subimos sus preciosas escaleras para rezar en su interior la tercera y última parte de la romería. Y al terminar nos quedamos un rato sentados en la escalinata, que recuerda laPlaza España de Roma, contemplando la maravillosa vista de París.
Luego seguimos paseando y nos acercamos al Louvre -a sus jardines- y después a la Torre Eiffel. Y se acercó la hora de regresar y nos dimos cuenta de un pequeño detalle que no teníamos presente: se celebraran 40 años del mayo del 68 y estaba prevista una manifestación por todo lo alto en las calles de París. La estación de metro a la que nos dirigíamos para ir al aeropuerto de Orly (ella vino en avión) estaba cerrada; tuvimos que desandar lo andado para coger otra línea y hacer trasbordo; pasamos de ir con tiempo sobrado a tener falta de él.
Su avión salía a 22:00 y mi tren, a las 21:56. La dejé en la estación de metro Antony donde sale un tren directo a Orly) pasadas las 21:20 y cambié de andén para regresar a París. A mi vuelta me esperaba de nuevo el metro cerrado así que decidí bajar en Cité Universitaire e ir corriendo desde allí hasta el tren. Calculé a ojo que serían unos 4kms y, si no me perdía, tardaría 15 minutos en llegar. Bajé del metro casi a las 21:40; era asequible... pero me perdí. Salí del metro y me puse a correr en la dirección opuesta; me di cuenta pronto, pero pronto me di cuenta de que no tenía casi opciones de llegar al tren. Empecé a desesperarme pero no dejé de correr en la dirección que suponía correcta; me parecía más lógico deahogarme corriendo que sentado en la acera llorando y quiso la Providencia ayudarme un poco.
Cruzando una intersección si fijarme en los semáforos a punto estuvo de atropellarme un taxi, al que di el alto. Subí en él y le mandé ir a la estación de Austerlitz. Eran las 21:51. El taxista se mostró muy amable y se merecía una propina, pero no pudo ser. Le pagué 5,55€ por un trayecto de 5,80 ya que no podía pagarle con el billete de 50 y esperar al cambio. El reloj marcaba las 21:56 y entré corriendo en la estación de tren buscando el mío. Las pantallas ya no lo anunciaban pero un empleado me indicó que estaba en el andén número 20 y allí me fui, jadeando y blandiendo mi billete para abrirme paso y subir por la primera puerta que encontré. Lo había conseguido; ahora sólo quedaba recorrer el tren entero por dentro, sudado y descompuesto a causa del estrés, porque mi vagón era el último.
Ella tuvo la suerte de que el vuelo fue cancelado, le pagaron una noche de hotel y regresó a Amsterdam el sábado por la mañana. Si no lo hubieran cancelado no habría podido embarcar por llegar tarde. Tuvimos suerte. Creo que esta romería vale por 2.
Si A parte de Sant Pol de Mar (Barcelona) y B parte de Amsterdam, el punto más cercano es el intermedio entre ambos y calculado a ojo el punto C es París. Y a París que nos fuimos.
Quedamos el pasado viernes en el centro de París, por la mañana, para hacer una romería a Notre Dame. La primera parte la hicimos por la orilla del Sena, desde la estación de tren de París-Austerlitz (donde yo había llegado) hasta la catedral de Notre Dame. La segunda parte, la del día, dentro de la catedral después de una Misa bastante ruidosa por el continuo deambular de turistas de todas las naciones. Terminada esta parte comimos a los pies de la basílica del Sagrado Corazón y subimos sus preciosas escaleras para rezar en su interior la tercera y última parte de la romería. Y al terminar nos quedamos un rato sentados en la escalinata, que recuerda laPlaza España de Roma, contemplando la maravillosa vista de París.
Luego seguimos paseando y nos acercamos al Louvre -a sus jardines- y después a la Torre Eiffel. Y se acercó la hora de regresar y nos dimos cuenta de un pequeño detalle que no teníamos presente: se celebraran 40 años del mayo del 68 y estaba prevista una manifestación por todo lo alto en las calles de París. La estación de metro a la que nos dirigíamos para ir al aeropuerto de Orly (ella vino en avión) estaba cerrada; tuvimos que desandar lo andado para coger otra línea y hacer trasbordo; pasamos de ir con tiempo sobrado a tener falta de él.
Su avión salía a 22:00 y mi tren, a las 21:56. La dejé en la estación de metro Antony donde sale un tren directo a Orly) pasadas las 21:20 y cambié de andén para regresar a París. A mi vuelta me esperaba de nuevo el metro cerrado así que decidí bajar en Cité Universitaire e ir corriendo desde allí hasta el tren. Calculé a ojo que serían unos 4kms y, si no me perdía, tardaría 15 minutos en llegar. Bajé del metro casi a las 21:40; era asequible... pero me perdí. Salí del metro y me puse a correr en la dirección opuesta; me di cuenta pronto, pero pronto me di cuenta de que no tenía casi opciones de llegar al tren. Empecé a desesperarme pero no dejé de correr en la dirección que suponía correcta; me parecía más lógico deahogarme corriendo que sentado en la acera llorando y quiso la Providencia ayudarme un poco.
Cruzando una intersección si fijarme en los semáforos a punto estuvo de atropellarme un taxi, al que di el alto. Subí en él y le mandé ir a la estación de Austerlitz. Eran las 21:51. El taxista se mostró muy amable y se merecía una propina, pero no pudo ser. Le pagué 5,55€ por un trayecto de 5,80 ya que no podía pagarle con el billete de 50 y esperar al cambio. El reloj marcaba las 21:56 y entré corriendo en la estación de tren buscando el mío. Las pantallas ya no lo anunciaban pero un empleado me indicó que estaba en el andén número 20 y allí me fui, jadeando y blandiendo mi billete para abrirme paso y subir por la primera puerta que encontré. Lo había conseguido; ahora sólo quedaba recorrer el tren entero por dentro, sudado y descompuesto a causa del estrés, porque mi vagón era el último.
Ella tuvo la suerte de que el vuelo fue cancelado, le pagaron una noche de hotel y regresó a Amsterdam el sábado por la mañana. Si no lo hubieran cancelado no habría podido embarcar por llegar tarde. Tuvimos suerte. Creo que esta romería vale por 2.
10 comentarios:
puf! que suerte!. Ya poeis dar gracias. Oyem que envidia me dan tus planes, creo que ni aunque me lo propusiera conseguiría hacer una romeria en Paris... eso es montárselo a lo grande!
Más suerte habría sido que NO hubieras llegado y que hubierais podido disfrutar de más tiempo en Paris, hotel cortesía de la aerolinea. Pero bueno, tampoco estubo mal.
Casi me muerto de envidia con tus calculos sobre lo que tardas en correr 4km. El resto de los mortales hubieras dicho mucho mas de 15 minutos. Pero elite es elite.
Abrazos.
Fue un plan alocado y tuvo su consiguiente aventura, aunque veremos si se repite. Tampoco está mal hacer una romería más cerca de casa, jeje. Tú podrías hacerla en el Pilar, no?
Anónimo, todo a su debido tiempo. Quedarme en París significaba tener que comprar otro billete de tren al día siguiente y el bolsillo no está para muchos excesos. Sobre los 4kms... vale más maña que fuerza: vale más no perderse y acertar el camino a la primera, ¿no crees?
Bueno, pero la cerveza que te pudiste tomar el sábado por la mañana conmigo no tiene precio!
Te vi derrotado, exhausto, pero contento y feliz!
Ya veo que me hiciste caso cuando te sugerí que ahí havía un artículo escondido...
Jaume
Lo del tren en el minuto 91 es enfermedad familiar. ¿Sabes la de cuando pillé el coche-cama en marcha, y Antonio y Ricky y todos los demás me vieron aparecer por el pasillo cuando ya habían difundido la noticia de mi ausencia? Íbamos camino de no sé qué campeonato...
Vaya aventura! Por los pelos... :-)
Me cuentan mis fuentes que los avatares de la vida en estos momentos te llevan por Göteborg. Y encima estás en buena compañía. ;-)
Es una ciudad bastante chula, yo estuve por allí en el Cto. de Europa de 2006.
Espero que lo estéis pasando bien. Y si no es mucho pedir, crónica a la vuelta. ;-))
Jaume, saber que siempre te hago caso cuando se trata de escribir y la cerveza que nos tomamos... qué bien que nos sentó, no?
Vaya, Enric, no lo sabía. Qué lástima que no recuerdes de qué campeonato se trataba. Seguro que daba más valor al resultado.
Sin duda, Furacán. Y todo por el maldito mayo del 68!!!
Bienvenido al blog, Pablo. Espero que lo pases muy bien leyendo por aquí mis desventuras. Ahora mismo te escribo desde el aeropuerto de Goteborg. Lo he pasado muy bien, aunque la carrera fue muy dura. Manyana: la crónica.
Vaya que sí, esa romería vale por dos. Menudo ajetreo... Bravo, Marc!
Hola Juanjo. Llevabas tiempo sin pasar por aquí, eh? Menuda aventura la de París. Ha dado para varios cafés/cervezas, jeje.
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