De Sofía a Skopje sólo hay 220kms (según la viamichelin; GoogleMaps es incapaz de calcularlo), pero el autobús tarda algo más de cuatro horas en unir estas dos capitales. Las carreteras que parecen secundarias y las montañas que hay que coronar son el motivo de esta lentitud. Sin embargo, el viaje resulta entretenido.
La hora prevista de salida eran las 16:00 (15:00 en España) y, en contra de lo que cualquiera se imaginaría, salimos diez minutos antes. ¿Por qué esperar más si ya estábamos todos a bordo? Me explico: el conductor, el revisor (o conductor suplente), dos chicas macedonias y yo; cinco personas para un autobús de más de cuarenta plazas. Lo que yo no sabía es que pronto se transformó en un submarino. Dicen las guías de viaje que en los Balcanes los niños nacen fumando y en este autobús entendí a qué se referían.
Yo, por mi parte, me dedicaba a mirar el paisaje y a controlar el Suunto (ese reloj que gané en Gran Bretaña) para saber a qué altura estábamos. La frontera, por ejemplo, está a 1130m sobre el nivel del mar y ayer una niebla densa impedía ver mucho más arriba. Ahora descubro que a ambos lados, las montañas que se intuían, superan los 2000m. No tuve suerte; del mismo modo que tampoco estamparon un bodegón en mi pasaporte como bienvenida al nuevo país.
Mientras, en el autobús, pusieron un vídeo de “gags”, pero a mí no me hacía mucha gracia. Tan poca atención le presté que no sé si hablaban en búlgaro o en macedonio. Empezaba a preocuparme por no saber dónde dormiría en Skopje, aunque tenía la dirección de un hostal apuntada en la libreta. Llegué pasadas las siete de la tarde; era domingo y no tenía denarios. Un taxista se ofrecía a llevarme por el equivalente a 3€, pero yo sólo quería saber cómo se llegaba andando. Y más o menos me indicó por donde. Luego volví a preguntar y otra vez más y cada vez descubría que los macedonios son muy amables con el que está perdido. Por ejemplo, el último chico al que pregunté me acompañó hasta la puerta del hostal.
Mientras escribo estas líneas, me encuentro en el autobús de Skopje a Ohrid (mucho más lleno que el de ayer) y acabamos de superar los 1000m de altura. Todavía hay nubes bajas, pero hacia el valle la vista es impresionante. No tenía una idea preconcebida de Macedonia, pero por su proximidad a Grecia me la imaginaba más seca. Estoy completamente equivocado, Macedonia es muy verde y merecería la pena recorrer el país en bici para disfrutarlo al máximo.
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Ya he llegado a Ohrid y mientras espero que me recojan en la estación de autobuses, varias mujeres se acercan para ofrecerme habitaciones, mientras los taxistas también ofrecen su mercancía. Yo les digo que no, que un tal Peco vendrá a por mí.
Pasa más de media hora, pero llega Peco. Me acompaña al complejo deportivo donde puedo recoger mi dorsal y pagar 10€. Descubro que la carrera es popular (habrá unos 70 corredores) y confirmo lo que me decía un taxista que me entrevistaba mientras esperaba a Peco: los primeros kilómetros son muy duros, subir, subir y subir.
El Suunto me chiva que el lago está a 700m de altitud y empiezo a temer que la carrera será mucho más dura de lo que imaginaba. Pero eso será mañana. Ahora ya estoy en el hotel al que me ha llevado Peco (pero no sé si está incluido en los 10€) y desde el que puedo contemplar gran parte del lago Ohrid. Al fondo, casi en la frontera con Albania, está la línea de salida; cerca, en la ciudad de Ohrid, la de meta; durante... varias montañas.
10 comentarios:
...¿más dura de lo que creias?... jajajaja, resulta difícil de creer de alguien que se levanta a las 6 para correr y después dobla por la tarde....
venga valiente: "Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve" (Provervio Griego)
;)
Pues suerte que no vienen muchos griegos, jaja.
¡ÁNIMO MARKKU! (desde Pals)
¡Los griegos no son fondistas!.
Mucha Suerte
Vaya aventuras! deberían contratarte como protagonista de los documentales de Lonely Planet.
Suerte!
Anónimo (Ane), muchas gracias. Disfruta de la costa catalana.
Porvenir ¿y los húngaros? Porque aquí hay muchos, jaja.
Furacán, sólo faltan dos horas y media para la carrera y por lo que me cuentan, encajaría mejor en "el último superviviente".
Suena todo de maravilla. Bueno, menos lo de correr y lo de ir en bici. Por lo demás, me encantaría estar allí contigo. ¡Mucho ánimo!
No te tenías que haber preocupado por saber dónde dormir en la capital. Como su nombre indica, el primero que llega Skoje.
Animo Marc... no paras con tus aventuras. Sigue así campeón.
Slds
Mòmo, te aceptaría con gusto pero piensa que si también vinera la mare, nos tocaría excursión cada día.
Sergio, muy bueno. Al final el cirílico no es tan difícil, sólo hay que buscar a qué idioma se refiere. Ejemplo: "habitación" es SOBI y sobi, en catalán, es SOBE.
Hola Jaime, esta aventura está muy bien, pero será demasiado corta. Tenndré que buscarme alguna más, ya lo veo.
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