Para todos los lectores preocupados por la salud del blog desde que viajó a Kenia, tengo que decir que su estado es excelente, pero ha sufrido un poco de jet-lag. Mi vuelo del lunes salió con puntualidad hacia París y de nuevo hacia Nairobi, donde llegamos cincuenta minutos antes de la hora prevista, pero ya era martes.
Una vez en Nairobi y después de entregar algunos paquetes que me habían encargado, mi conocidísimo matatu me llevó hasta Eldoret en cinco horas. Cada vez que hago el viaje descubro que la carretera tiene más kilómetros en buen estado (nuevos) pero todavía no todos. Ese día, el viaje se hará en apenas cuatro horas, estoy seguro.
Una vez en Eldoret, y después de una reconfortante ducha, decidí que mis entrenamientos empezarían al día siguiente. Así fue y el miércoles rodé 10km y ayer, 12. No sé a qué se debe pero en Kenia no me cuesta salir a correr a las seis de la mañana y en ayunas; tengo varias teorías, pero no sé cuál será la mejor. En Sant Pol, al despertarme (aunque no sean las seis, claro), lo que más me apetece es desayunar, sentarme frente a la mesa y empezar a comer. Quizá en Eldoret los armarios no están tan llenos de comida ni de dulces.
Aunque es una buena teoría, tengo otra mejor: como vivo casi en el centro de Eldoret, me da un poco de vergüenza salir a correr en medio de tanta gente y, a las seis, casi no hay nadie. Por los alrededores de Eldoret hay muchos atletas, pero ninguno corre por las calles y quizá ésta sea una buena explicación: el mzungu pasa más desapercibido a las seis que a cualquier otra hora.
Y esta mañana, el rodaje ha llegado hasta los 14km; es importante ir poco a poco. Me he enterado de que hoy hay competición en el Kipchoge Stadium, así que me pasaré por allí y os contaré qué me ha parecido. Además, ayer estuvo el presidente del COI, Jacques Rogge, en Eldoret inaugurando un colegio que será esponsorizado por el COI. ¡Qué de cosas pasan el Eldoret!
Una vez en Nairobi y después de entregar algunos paquetes que me habían encargado, mi conocidísimo matatu me llevó hasta Eldoret en cinco horas. Cada vez que hago el viaje descubro que la carretera tiene más kilómetros en buen estado (nuevos) pero todavía no todos. Ese día, el viaje se hará en apenas cuatro horas, estoy seguro.
Una vez en Eldoret, y después de una reconfortante ducha, decidí que mis entrenamientos empezarían al día siguiente. Así fue y el miércoles rodé 10km y ayer, 12. No sé a qué se debe pero en Kenia no me cuesta salir a correr a las seis de la mañana y en ayunas; tengo varias teorías, pero no sé cuál será la mejor. En Sant Pol, al despertarme (aunque no sean las seis, claro), lo que más me apetece es desayunar, sentarme frente a la mesa y empezar a comer. Quizá en Eldoret los armarios no están tan llenos de comida ni de dulces.
Aunque es una buena teoría, tengo otra mejor: como vivo casi en el centro de Eldoret, me da un poco de vergüenza salir a correr en medio de tanta gente y, a las seis, casi no hay nadie. Por los alrededores de Eldoret hay muchos atletas, pero ninguno corre por las calles y quizá ésta sea una buena explicación: el mzungu pasa más desapercibido a las seis que a cualquier otra hora.
Y esta mañana, el rodaje ha llegado hasta los 14km; es importante ir poco a poco. Me he enterado de que hoy hay competición en el Kipchoge Stadium, así que me pasaré por allí y os contaré qué me ha parecido. Además, ayer estuvo el presidente del COI, Jacques Rogge, en Eldoret inaugurando un colegio que será esponsorizado por el COI. ¡Qué de cosas pasan el Eldoret!
1 comentario:
Totes dues son bones teories ,lo mes important es que entrenis be i a gust .
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