Una gran experiencia

Siento no tener fotos para ilustrar lo que fue la Burriac Atac de anoche, pero algunos detalles os pueden situar:

• la salida de las chicas es a las 21:30 mientras que los chicos salimos quince minutos más tarde.
• la carrera empieza por las calles de Vilassar de Mar, con animación a base de tambores y algunos fuegos artificiales.
• cuando sólo llevamos cinco minutos de carrera, tenemos que encender el frontal: la noche es cerrada y los caminos cada vez más estrechos; no se ve nada.
• a medida que avanza la carrera, alcanzamos a las chicas y a menudo se forman tapones. Son muy amables y dejan paso, pero a menudo te llevas un susto por adelantar en tramos muy estrechos.
• cuando el terreno se inclina tanto, es más inteligente andar que correr.
• los avituallamientos levantan la moral: en medio de la montaña se te ofrecen agua, bebida isotónica, fruta e incluso galletas. Es una buena alternativa pararse unos segundos.
• en algunos tramos, el camino se hace más ancho y permite volver la vista atrás y contemplar un mar de lucecitas; es la estampa del Maresme: media montaña a escasos kilómetros del mar y poblaciones costeras que dibujan una frontera entre lo que es tierra y lo que es agua.
• subiendo voy bien, pero las bajadas me asustan un poco y me las tomo con calma.
• llevo algunos kilómetros sin adelantar a nadie ni que nadie me adelante: estoy completamente sólo. En asfalto es un fastidio, aquí es una gozada.
• la llegada es en la playa, con muchísimo público esperando y antorchas que señalan el camino. He sido cuarto.
• lo mejor que se puede hacer en este momento es quitarse las zapatillas, poner las piernas en el vaivén de las olas y, pasado un rato, reclamar el bocadillo de butifarra que me he ganado.

He aquí mi primera experiencia en trail. Lo he pasado tan bien que seguramente caerán otras, pero siempre será complicado colocarlas en el calendario y, si coinciden con fechas imporantes, hay que asegurarse de ir con mucha calma en las bajadas.