Ha sido una mañana fantástica, aunque para los que no estamos habituados al trasiego del triatlón, un pelín caos. Los élite salían a las 8:10 de la mañana (Javier Gómez Noya, Marcel Zamora, Josemi Pérez, Xavi Llobet, Mario Mola...); luego empezaban las oleadas de triatletas distancia olímpica: 9:00, 9:10, 9:20, 9:30, 9:40 y 9:50; a las 9:50 también salían los equipos de relevos (mi nadador era Marco Rivera); y a partir de las 12:00 y hasta las 12:40, de nuevo había salidas -en total cinco- para los triatletas de distancias sprint y supersprint.
Podéis imaginar que en la zona de boxes (donde se guardan las bicis) no paraban de llegar triatletas mojados que salían corriendo con la bici al lado -no se puede subir a ella hasta la salida de los boxes- o triatletas corriendo con la bici al lado que la aparcaban y seguían corriendo sin ella. Y de repente, llega Marco Rivera hasta donde estábamos Patxi Vila (mi ciclista) y yo. Se quita el chip, lo coloca en el tobillo de Patxi y éste arranca con la bici al lado. A partir de entonces llegan otros nadadores de los demás equipos (Dani Serra, Erika Villaécija...).
Desde los boxes no podemos seguir la carrera de los ciclistas y nos limitamos a esperar mientras hacemos un limitado calentamiento. Siguen apareciendo triatletas (de los mojados y de los que corren con la bici al lado pero que habían salido quizá a las 9:00 o a las 9:10 o un poco más tarde); lo único que sé es que mi ciclista iba el primero de los relevos al empezar su prueba. Y llega Patxi Vila (su entrenador ha llegado un par de minutos antes para decirme que me prepare y que lleva una ventaja al segundo de más de un minuto).
Se detiene junto a mí, le quito el chip, me lo coloco y empiezo a correr. Si hasta ahora había un poco de caos, ahora empieza lo peor. Imaginaos que estáis en la maratón de Nueva York, que queréis hacer una buena carrera y que os mandan salir el último: algo así me pasó a mí (y a Patxi en su segmento de bici). Yo empezaba fresco y delante de mí tenía centenares de triatletas que llevaban encima un buen tute; su ritmo era flojo y me he pasado toda la carrera decidiendo por dónde adelantar al siguiente atleta o grupo de atletas. Y por si fuera poco, sin notar que por detrás viniera el segundo clasificado. En fin, una carrera extraña en la que quería encontrar buenas sensaciones a la vuelta de Kenia y puedo decir que, pese a la dificultad, me he visto fluido. Creo que estoy en forma.
Al final, primera posición para nosotros y un minuto y veinte segundos más tarde ha llegado el segundo equipo (Erika Villaécija, Ibon Zugasti y Jaume Leiva). Los resultados completos, aquí; por desgracia, no salen los parciales de los relevos.
PD: como ganadores, nos hemos llevado un GARMIN Forerunner 310 cada uno.
PD2: todavía no tengo fotos; espero colgarlas más adelante.
6 comentarios:
Creo q el objetivo principal eran las sensaciones y el objetivo se ha conseguido.
Luego de duatlones, maratones y triatlon por relevos... Te veremos en algun triatlon completo?
Ahora a preparar Zaragoza. Un abrazo
RM
Suena bien ¡jaja! ;) ¡Enhorabuena!
Este próximo fin de semana, me acordaré de ti cuando vea la fila de corredores en la nocturna de Bilbao.
¿Qué tal todo, aventurero? Muxus.-
Moltes felicitats !
El Forerunner 310 xt es una pasada .
Ei!!
Un català que està vivint aquí amb mi va baixar per correr la triatló.
No sé com li va anar, però crec que s'ho va passar molt bé.
Muchas felicidades Marc! Vaya golpe de moral cara a Zaragza, ¿no?. Coincido con Joan en que el garmin es una pasada!!
Algún día, RM, algún día. ¿Cuál me propones?
Bien hecho, Marta. Es una lástima que al final no corra esa maratón. ¿Vendrás a Zaragoza el 7 de noviembre?
Joan y Rafa, ya estoy pasándolo genial con el Garmin y todavía no le he descubierto la mitad de cosas. Un día de estos tendremos que quedar para que me expliquéis algunos detalles.
Nico, segur que s'ho va passar bé. A veure si algun dia l'acompanyes a entrenar, no?
Publicar un comentario