viernes, 8 de octubre de 2010

Jamia

¿Cómo es el día a día en Iten? Nuestros despertadores suenan a las 6 de la mañana; es el momento de tomar las vitaminas (en mi caso: ácido fólico, vitaminas C y B12 y hierro), ir al baño y salir a trotar entre 8 y 15km, dependiendo de lo que toque después. Al volver al Too Guest House y después de tomar una ducha (en la que aprovechamos para limpiar la ropa con la que hemos entrenado, así el cubo no se llena tan rápido), los dueños nos tienen el desayuno preparado en la mini mesa que está debajo del porche. Los desayunos son variados, empezando con un poco de fruta (normalmente plátano pero a veces aguacate) y luego pancakes, mandazis o simplemente pan de molde con margarina y mermelada; para beber, siempre té keniano del que nos corresponden tres tazas a cada uno.


Al terminar el desayuno, que tomamos con mucha calma, es momento de relax. Ponemos al día nuestros correos electrónicos (y el blog), leemos un poco, Sergio sigue haciendo números para la panadería que abrirá dentro de dos semanas en El Prat... Hasta el momento de entrenar por segunda vez.


Yo no sé qué problemas tengo con mi barriga pero por la tarde me resulta muy difícil entrenar, así que prefiero hacer la segunda sesión a eso de las 10 u 11 de la mañana. Aquí el plan depende del día, a veces un rodaje, a veces series (hoy serán 6x1500). Y de nuevo a la ducha y mismo ritual con la ropa. Es la hora de comer.




Aunque en Too tenemos acceso a la cocina, los almuerzos solemos hacerlos fuera, en Jamia. Jamia Café es un restaurante (para que nos entendáis) situado delante de la mezquita de Iten. Su dueña es una musulmana muy simpática que siempre nos atiende con gusto y desde el primer día se aprende los nombres de los clientes (del mío se acordaba del pasado mes de junio y a Sergio le pidió que se lo apuntara porque era muy difícil, pero ahora ya lo pronuncia bien).


En Jamia comemos siempre lo mismo, un plato combinado de arroz, chapati, sukuma wiki, githeri, una o dos patatas y un par de trocitos de carne (para Sergio lo mismo excepto el githeri porque tiene judías); y para beber, un té para mí y una Coca-Cola para Sergio. Lo gracioso del asunto es que cada día pagamos un precio distinto, como si de la bolsa se tratara, aunque el total oscila entre 140 y 170KSh (vamos, con un euro y medio comemos los dos).


Después del almuerzo es tiempo para la siesta y por la tarde, salimos a correr si no lo hemos hecho al mediodía o nos dedicamos a leer, pasear un rato, lavar la ropa o conectarnos a internet mientras esperamos la hora de la cena.


A las siete ya es oscuro y llega el momento de preparar la cena (verdura hervida, pasta, tortilla de patatas, algo de carne, arroz...). Cada día preparamos algo distinto e intentamos no dañar el material de la cocina ni nuestros organismos, pero a veces hay accidentes, aunque nunca son graves.


Al terminar la cena, un poco más de lectura y sobre las nueve ya estamos en la cama. Hay poco más por hacer en Iten y mucho que recuperarse de los entrenamientos. Esperemos que este estilo de vida dé sus frutos en nuestras próximas competiciones.
PD: la primera foto muestra a Sergio en nuestra mesa de Jamia, contento después de un almuerzo completo y nutritivo; en la segunda salgo yo dando las gracias a Jamia por cocinar tan bien.

3 comentarios:

Rafa González dijo...

A eso le llamo yo lujo!! madre mía, sin relojes, sin stress. Te lo cambio!

Ferran dijo...

Marc, que et govern Kenià et pagui una comissió perquè ens estàs fent veure lo fàcil que pot arribar a ser fer un stage tan privilegiat. Ara mateix ja faig números per a escapar-m'hi algun dia.
Enveja moooooooooooooolt sana!

Que gaudiu molt i que compliu amb els vostres objectius!

Marc Roig Tió dijo...

Ferran, parlarem del tema algun dia. Venir a Kènia no és tan car com sembla i si realment véns a entrenar... surt quasi millor que quedar-se a casa. Vinga, que ja et queda poc per Costa Daurada!!!