Hace una semana no sabía lo que era el "ghee" y ahora me he aficionado a él. Vale decir que no es habitual en España y quizá sólo un poco en otros países europeos como Alemania.
El ghee es la mantequilla casera, la pura, la tradicional, la buenísima (esto lo añado yo). El ghee se obtiene en un proceso lento pero sencillo que empieza con la leche pura de vaca. Recién ordeñada de la vaca, la leche tiene que hervirse y en su superficie aparece una tela, la nata, que se retira y se deposita en un cazo aparte.
Si se hierven varios litros, se consigue una buena cantidad de nata que se deja reposar unos días para que se endurezca. Pasados estos días, se bate con fuerza para romper las uniones entre grasa y proteína (la grasa es amarilla, la proteína, blanca). Cuando ambas tonalidades se distinguen, se desperdicia la proteína para quedarnos sólo con la grasa; el proceso puede mejorarse añadiendo agua y llevando la mezcla a ebullición: la grasa nunca se mezclará con el agua así que decantando el agua que se ha mezclado con la proteína, nos quedaremos sólo con la grasa.
Esta grasa es el ghee y sólo falta envasarla durante unos días para que adquiera consistencia y está lista para ser usada.
Sólo con olerla, uno se da cuenta de la pureza que tiene. Recuerda el sabor de antaño de la leche, esa que todavía sabía a leche y llevaba grasa. Y lo más gracioso del tema es que quizá no es tan malo para la salud, como afirma un estudio sobre ratas.
Supongo que faltan más estudios, pero a mi me encanta el ghee y lo tomo estos días con pan tostado. A ver qué bien me sienta.
4 comentarios:
"Quizá no sea tan malo para la salud". Jo, Marc, me da miedo pinchar el link de las ratas.
Perdón, Sergio. Quizá debería haber puesto "según un estudio hecho sobre roedores". Pero no te preocupes, no es tan malo para la salud y está riquísimo. ¿Te animas?
No creo que sea lo mejor para mi actual régimen; pero lo apunto para un futuro.
WELCOME!
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