Llevo días sin escribir, es verdad. No me llega la inspiración y, sin embargo, me sobra el tiempo. Aquí va una entrada sacada un poco con pinzas, sumando algún detalle de la maratón de Hamburgo y otras anécdotas varias.
El motivo de la entrada es la desaceleración -para no llamarle crisis- de Ayele Seteng. A los lectores del blog os sonará este personaje, etíope de nacimiento e israelí de adopción, el maratoniano más longevo de la élite mundial. El escuálido moreno que ya no es el de antaño: sus 2h14'21" se remontan al año 2003 e intuye que este año verá el campeonato del mundo por la tele, después de participar en Juegos Olímpicos, Mundiales y Europeos durante casi una década.
En Hamburgo coincidí con él y al charlar un poco antes de la carrera me dijo medio riéndose que conocía mucho su vida. Y es cierto. Emigrante y maratoniano, empezó a correr para ganar algo de dinero y poder mantener un poco a su familia, numerosa, de siete hijos. Pero se le están acabando las pilas a este anciano de edad desconocida y asignada en 54 años.
No terminó la maratón de Hamburgo porque no se encontraba cómodo y prefiró estar fresco para poder correr otra en las próximas semanas. Así lo ha hecho, en Praga, pero sin mejorar el resultado. Ha entrado en meta el 17 y su tiempo de 2h27'34" confirma su desaceleración. La historia que cambió en 1991 está cerrando el capítulo más impotante, un capítulo que se remonta al Antiguo Testamento y la búsqueda escasamente fructuosa de las 12 tribus de Israel.
Como cuenta el Antiguo Testamento, Jacob tuvo 12 hijos y entre ellos se repartieron las tierras que poseían. Al paso del tiempo surgieron disputas entre algunas de las tribus y su localización fue difuminándose hasta el día de hoy, donde algunos pueblos del mundo reclaman la estirpe de alguna de ellas para ser reconocidos por el gobierno de Israel y conseguir un futuro más prometedor. En Etiopía lo consiguió el pueblo Falasha y Ayele Seteng se unió al grupo.
Llegó a Israel y empezaron a nacer los hijos que parece se han adaptado bien a la vida en Israel y ninguno sueña con ser un Abebe Bikila, como le sucedió a su padre. Tan sólo una de sus hijas, la mayor, tiene intención de emular a su padre y parecerse a una Dibaba, como tributo a sus genes etíopes. Desde este blog se le seguirán sus pasos.
5 comentarios:
Historia y deporte en la misma entrada; un lujo.
Me alegro que en algunas radios se hayan eco de tus esfuerzos solidarios.
La historia que comentas esta cargada de romanticismo,pero si tiene 54 tacos y se casca 2h:27,me parece que sigue siendo un grande para los de su edad,logicamente algo mas pequeño para los jovenes y fuertes atletas que actualmente ocupan posiciones de privilegio en los rankings.
De cualquier forma,son bonitos esos esfuerzos que hace aunque las fuerzas por desgracia no den para mucho mas.Su marca aqui es una muy buena marca,aunque esta claro que de pobre no le sacara.A ver si su hija cumple sus expectativas y le da alegrias que quiza ahora no tenga.Pero quien sabe,igual el hombre es consciente de su momento actual y es feliz asi.
Un abrazo Campeon,tu en cambio vas hacia arriba y si no tiempo al tiempo....inventor de brevajes.
Interesantísima entrada, Marc. Ojalá que su hija se dé a conocer y pueda seguir los pasos de su padre, nunca mejor dicho.
Un abrazo
Gracias Sergio. Hay que tirar de cualquier hilo, jaja.
Maratonman, es posible que su edad no sea esa (como él defiende) pero el caso es que hace poco todavía corría en 2h17'. En fin, a cada corredor le llega su San Martín, no?
Estoy contigo, Franfri: ánimos para la hija!!!
Por desgracia la edad acaba pasando factura y se alcanza el exito al saber gestionar bien ese contratiempo y no quedarnos perdidos en el tiempo y en la nostalgia,hay que ser optimistas y adaptarse a lo nuevo.
Un abrazo Marc.
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