miércoles, 20 de enero de 2010

Ex-street children en 2010

Atrás queda esa pequeña oficina en el Meadows Building; atrás quedan los paseos por la ciudad buscando niños hambrientos y adictos al pegamento; atrás quedan las actividades desorganizadas y las lecciones inconexas de los voluntarios. Todo esto ha quedado atrás en menos de doce meses.

La ofina está ahora en el suburbio de Pioneer, al lado de Kimalel School. Es una casa, con patio y verja que rodea y protege todo el perímetro. En la parte de atrás, un par de habitaciones para algunos niños y uno o dos voluntarios; en la parte de delante, un garaje que hace la función de clase, varios despachos, una cocina y un salón amplio y luminoso; por las paredes, pancartas de Save the Children, anuncios de los derechos de la infancia, publicidad sobre qué hacer frente casos de abuso infantil: dónde llamar, qué decir...

A las ocho de la mañana se abre la verja y los voluntarios vamos llegando escalonadamente. Los lunes tenemos meeting para hablar de lo que haremos durante la semana; los viernes tenemos otro para comentar lo que hemos hecho y cómo nos ha salido. Después, cada voluntario tiene su tarea asignada; las que hacen de profesoras tienen su horario como si se tratara de un colegio: inglés, swahili, matemáticas, dibujo, religión, ciencias... Entre los otros están los encargados de la contabilidad, las actividades para los mayores o "peer groups" (a los que organizan seminarios sobre primeros auxilios, emprendedurismo, etc) y otras muchas actividades y tareas.

También ha cambiado la alimentación. En esa oficina de Meadows Building apenas podíamos prepararnos té para nosotros; ahora se sirve té y chapati (una especie de torta o crêpe grueso) a media mañana y un plato contundente y caliente a mediodía. Normalmente tenemos 35 raciones y esas son para los niños que viven en la oficina, para los que van a Kimalel School y para las madres solteras que forman parte de los peer groups. Si sobra alguna, para los voluntarios.

Y al llegar la tarde, partido de fútbol en la campa que tenemos en frente de la oficina. Si os acordáis del partido de fútbol que tuvimos el año pasado, también aquí veréis muchas diferencias. El campo no está inclinado, las camisetas donadas por el equipo de fútbol de Sant Pol añaden cierto colorido y unos troncos delgados y acabados en pico nos ayudan a delimitar las porterías.

2 comentarios:

Rafael dijo...

La verdad es que estais haciendo alli una gran obra con los niños desfavorecidos,seguro que te motiva el ver que las cosas van saliendo pues antes eras un poco pesimista al respecto,te habras quedado muy sorprendido de que en tan poco tiempo haya cambiado tanto todo,se nota que empiezan a organizarse mejor al contar con dinero y mas apoyos y eso da sus frutos.Me alegro mucho por ello.Aprovecho para darte una gran noticia para ti y es que la Federacion sube la minima a 2h:15 para ir a Barcelona asi que si aprietas un poco los dientes igual consigues mas de lo que en un principio esperabas,seria para ti otra grata sorpresa,asi que mucho animo¡¡¡.Aunque soy consciente que a ciertos niveles cada minuto ya es un mundo pues no es lo mismo 2h:16 que buscas que 2h:15 pero seguro que lo pelearas.
Un abrazo.

Furacán dijo...

Me alegro de que poco a poco las cosas vayan mejorando.

Saludos!