jueves, 27 de enero de 2011

Esmorzar de forquilla



Desde hace algunos meses, mi padre sale a caminar por las mañanas con un amigo suyo que es médico (de esos médicos tan buenos que afirma que si algún día llegara a ministro de sanidad, aceptaría que el caviar y el foie entraran por la seguridad social). El caso es que siempre hacen el mismo recorrido: de Sant Pol a Calella y vuelta. Y yo, siempre suelo hacer los mismos caminos en los rodajes de la mañana: el camino del golf, el de la Misericordia y pocos más. Por lo tanto, teníamos que innovar.

Les propuse, hace unas semanas, que nos uniéramos como un equipo y, empezando por coger el coche, fuéramos a otro pueblo: ellos a caminar, yo a correr. Pero la innovación no acababa ahí; para saber dónde deberíamos ir, lo ideal sería primero encontrar un buen restaurante o fonda para saber dónde desayunar después del ejercicio. Hoy ha sido nuestra primera etapa.

En Can Rosich, en Santa Susanna, nos atenderían con mucho gusto. No tienen abierto para desayunos, pero la dueña es hija de Sant Pol de Mar y se sentía encantada de tenernos como comensales, pues así la poníamos al día de todo lo que pasaba por nuestro pueblo. Además, estábamos de suerte: el martes habían hecho matanza y podríamos probar de todo.

Sin prisas, después de 45 minutos de carrera o de caminata, nos hemos sentado a la mesa, cerca del fuego. Para empezar, una jarra de zumo de naranja recién exprimido que ha apagado un poco la sed. Después, la sustancia: tostadas de pan casero con ajo, tomate y aceite, butifarras y panceta a la brasa, un poco de foie, tortilla enorme de alcachofa, cebolla y ajo tierno, lomo y embutidos varios y una ensalada sencilla para ayudar a bajar. Para beber, vino tinto de bota (lo único que ellos no producían) y un poco de agua para ser capaces de conducir de vuelta. Y un café para terminar, el mío con leche.

De todo ello, lo que más me ha gustado ha sido la butifarra a la brasa. Estaba poco hecha y, al no llevar ningún tipo de compactante, se deshacía al cortarla; era pura carne, sal y pimienta (y hace dos días todavía caminaba).

No sé cuándo volveremos a repetir este entrenamiento, porque yo ahora me voy a Kenia (bueno, el médico ha dicho que tampoco lo deberíamos repetir demasiado a menudo), aunque mi principal preocupación es saber dónde encontraremos un desayuno similar. Hemos empezado con el listón muy alto.


7 comentarios:

Pablo Villalobos dijo...

La próxima un día que esté yo por allí, si el desayuno es como has contado no habrá problema je je je

Ferran dijo...

Buff, acabo de ver un episodio de Jamie Oliver en Andalucía y ahora tu post! Bon viatge!!

Unknown dijo...

Vaya almuerzo, es tentador.. jejeje

Que te vaya bien por kenia preparando lel Maratón de Barcelona !!

Marc Roig Tió dijo...

Serás bienvenido, Pablo.

Gracias, Ferran. Supongo que por tu tierra también habrá desayunos parecidos (quizá con calçots i tot).

Maikis, ya iré contando por aquí cómo me va en Kenia. Y la maratón de Barcelona será un gran día, claro.

mòmo dijo...

Estoy con Pablo. Al próximo desayuno me apunto, aunque antes me obliguéis a hacer ejercicio.

Ferran dijo...

Marc, els acalçots són més al nord de les Terres de l'Ebre tot i que cada any en menjo. Has sentit a parlar de les flors de carabassera? Esmorzar de pagesos? Doncs a la primavera i estiu n'hi han moltes...

Mmmmmmmm

Marc Roig Tió dijo...

También serás bienvenida, Mòmo. Y piensa sólo que el ejercicio es para que el desayuno entre todavía mejor. Garantizado.

Ferran, em sembla que me'n vas parlar tu fa un any, però mai ho he tastat. Si surt endavant aquell cap de setmana per casa teva... serà l'ocasió perfecta!!