miércoles, 22 de junio de 2011

Un atracón de foie gras

Reconozco que ganar dinero con las carreras es un buen extra al sueldo de autónomo, pero en ocasiones los premios en especies superan los posibles premios en metálico y, además, añaden cultura al corredor. Porqué... ¿sabes a cuánto está el gramo de oro? Pues yo ahora sí.

El domingo pasado, por ganar la carrera de 10km en el Maraisthon me regalaron un lingote de oro valorado en 130€. Y como yo no tenía ni idea de a cuánto estaba el oro, me imaginaba que me daría para un anillo, o un brazalete, o unos pendientes... Pero va a ser difícil; por ahora lo he guardado en lugar seguro y ya veré qué hago con él en el futuro. ¿Sabéis de cuántos gramos de oro estamos hablando?

Otro premio interesante que conseguí fue una botella de Champagne Dom Pérignon del año 2000, que me llegará pronto por correo junto a otros productos que no eran bienvenidos al avión. De hecho, seleccioné qué premios me llevaba conmigo y qué otros dejaba en Coulon para ser enviados y uno de los que me llevé fue el tarro de 180gr de foie gras, suponiendo que pasaría el control aeroportuario porque no era un líquido. Craso error.

El chico de turno del aeropuerto de París Beauvais me advirtió que no sólo los líquidos están prohibidos, también las espumas, las cremas y las pastas (que en francés se escribe "pâtes" y se parece mucho al foie). Suplicar que hiciera la vista gorda fue inútil y aunque mi colesterol alto (suelo tener 230) me sugería que tirara el tarro al cubo de los productos requisados, mi vena catalana o mis papilas hambrientas (era la hora de cenar) se rebelaron contra la autoridad y di marcha atrás durante unos minutos.

Los demás usuarios del aeropuerto me miraban raro (¿¿tendrían envidia??) cuando gracias al cuchillo de un camarero del bar empecé a untar rebanadas de pan con albóndigas de foie gras a la vez que los trabajadores del control me hacían gestos de que el avión estaba a punto de embarcar. El tiempo (o el estómago) no me dejaron terminar el tarro, pero sí me comí fácilmente la mitad, mietras que regalé el resto al simpático chico que me prestó el cuchillo; imagino que estaría agradecido.

La lástima es que llegué a casa sin foie pero todos han opinado que la carrera de Maraisthon merece la pena.

PD: otro regalo fue un vale de 100€ para gastar en una marca deportiva que no es ASICS, así que mi hermana mayor recibirá pronto un paquete del número 39, pero no hace falta que os diga el modelo, ¿verdad?

8 comentarios:

Sergio dijo...

Es el discutido control de explosivos de los aeropuertos. Y no les quito razón, porque con el pâté te pusiste a reventar. ;-)

am dijo...

Jaja, buenas anécdotas con los premios.

Guillem dijo...

El que deia, Marc Roig el Willie Fogg de l'atletisme! ;-) Enhorabona!

mòmo dijo...

Emoción, emoción... (Lástima que no incluyera el foie gras).

Furacán dijo...

Jaja que bueno, ¡me imagino la escena!

Víctor dijo...

3,8 g de oro.... no dan ni para una chapa!!!

Rafa González dijo...

No quiero imaginarme que en vez de foi fuera whisky.....

ERT dijo...

Perdona, cuando escribes "hermana mayor" querías decir "hermano mayor", ¿verdad?