Las mañanas en Toro siempre son frías, pero a veces van cogiendo temperatura con el paso de las horas. Así ha ocurrido este domingo.
Después de unos resultados discretos tanto en categoría junior como en la sub-23, el monte de la Reina se tiñó de rojo para jalear a sus damas de oro. Porque de oro se convirtieron con el paso de los kms; porque supieron medir el esfuerzo mejor que sus rivales y porque remataron la faena con un doblete histórico en el campeonato de Europa de cross para España: oro y bronce. Marta y Rosa.
Y la fiesta continuó con los hombres, porque en España se nos está educando en eso de la igualdad; que aunque muchos no lo entendamos del todo, aquí lo dejaron por escrito: las españolas y los españoles son los mejores de Europa.
Y se pudo conseguir más porque Chema, embriagado sin duda por los ánimos del público y el resultado de Marta, se lanzó a la desesperada hacia el cetro continental -que ya posee en 10.000m- pero Lebid es un perro viejo en estos terrenos y su entrenamiento caucásico le reportó un nuevo título a su colección; y suma 7.
Me dicen que en España teledeporte hizo de las suyas. Tal y como nos tienen acostumbrados, un partido de Hockey en diferido, las carreras de caballos y el maldito fútbol -italiano en este caso- sirvieron para driblar el cross en la parrilla.
En Holanda la cosa tampoco se presentó fácil. Ninguna cadena ofrecía las categorías inferiores ni había manera -por lo menos yo no sé- de verlo por internet. Las radios -de todo el continente-, después de una búsqueda exhaustiva por google, tampoco retransmitían nada.
Llegada la hora de las mujeres, la BBC2 ofrecía la carrera en semidirecto (para enlazarla seguidamente con la hombres). Me presenté en un bar multideportivo de los que abundan en Amsterdam. Ninguna pantalla ofrecía atletismo. Después de preguntar si podían sintonizarlo -y explicarlos que cross country no tiene nada que ver con las motos- me senté cómodamente a disfrutar.
La tele vecina ofrecía un combate de boxeo tan apasionante que a menudo salpicaba a mi querida pantalla; sobre todo cuando un peso pesado noqueó a su rival con un tremendo gancho de izquierdas. La imagen se repitió hasta la saciedad, pero la novia del vencido no necesitó esas repeticiones a cámara lenta y desde los ángulos menos pensados; su posición en zona VIP le ofreció el desplome can tanto realismo si cabe que lloró a moco tendido. Y también lloraba la hija del vencedor cuando, sudoroso hasta dar asco, se acercó a ella y a otros dos retoños para abrazarlos. Y los cámaras seguían grabando... Y el noqueado seguía en la lona... Y yo seguía en mi silla, agradeciendo a Dios que mi deporte fuera más pacífico e, incluso, menos mediático.
Y al girarme para continuar degustando mi capuchino descubrí que en una pantalla de la esquina también estaban mis protagonistas. Y no había vecinos, así que opté por seguir esa imagen. Y me quedé embobado. Y por lo bajo las animaba. Y las jalonaba. Y disfruté viendo como se convirtieron en damas de oro.
Los resultados completos pueden verse aquí: junior chicas, junior chicos, sub-23 chicas, sub-23 chicos, sénior mujeres y sénior hombres.
2 comentarios:
¡Qué poco te ha faltado para unirte a la jarana del boxeo! Enhorabuena a tus chicas de oro.
Deja, deja... Eso de dar puñetazos no es lo mío. Ya dicen que correr es de cobardes, jeje.
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