Después compramos víveres y agua y montamos en un matatu superpoblado que nos llevaría hasta Kapkoi: 17kms, 60 minutos. Kapkoi es un pueblo que no sale en los mapas, un par de tiendas de servicios mínimos (saldo para el móvil, arroz, azúcar, leche y poco más), una escuela y alguna que otra casa diseminada por ahí. Es el pueblo de Japhet Korir, el keniano que suele vivir en Goteborg y buen amigo mío y de Dan; según me cuentan, también es el pueblo de Robert Cheruiyot, el que ganó 4 veces la maratón de Boston, pero en la Wikipedia dicen que nació en Kapsabet.
Kapkoi es un lugar ideal para entrenar. Las vistas quitan el aliento, el bosque por el que rodamos está lleno de monos y, en los días claros, se puede ver el polvo que levantan los elefantes allá a lo lejos, mientras se desplazan. Está a más de 2400m sobre el nivel del mar y carece de agua corriente, pero hay cobertura para el teléfono y la tierra es tan rica que no hace falta sembrar semillas en la granja, con que se dejen unas unidades por ahí esparcidas de la última cosecha, la lluvia las hará germinar de nuevo. Así es más o menos como funciona la granja de Japhet, unas 4 hectáreas de terreno y una casita de tres diminutas habitaciones, un salón confortable y una cocina que hace de recibidor.
Para no engañaros, os diré que cuesta un poco adaptarse. La comodidad de los grifos supera cualquier otro deseo; el agua está distribuida en bidones y para ducharse se calie
Han sido dos días en Kapkoi, dos días muy divertidos donde la luna llena ofrecía una claridad inusual a la noche; dos días de entrenamiento no muy exigente para llegar con fuerzas al cross de hoy: la Discovery Race.