Maratoniano

Dicen que uno no es maratoniano hasta que no se choca contra el muro. Lo cierto es que no sé si lo mío fue el muro o un lenta pérdida de velocidad; lo que sí sé es que la ambición te puede jugar alguna mala pasada en esta carrera tan larga, tan mítica.

El día era perfecto: despejado, fresquito (menos de 10ºC), sin viento... Todo listo para que la cabeza de carrera hiciera una gran marca (y vaya si la hicieron: 2h07'30", la maratón más rápida corrida nunca en España). Pero un pelín más atrás venía el grupo de segundones, los blanquitos, que en alguna ocasión tuvimos que aguantar comentarios de "ya era hora". Si no fuera por el cansancio y la falta de reflejos, algún dedo corazón se habría levantado. Pero hablemos de la carrera.

El paso previsto para la media maratón era de cerca de 1h08'00" o quizá un poco por debajo. Para conseguirlo me ayudaron Sergio Enríquez -hasta el km. 14-, Roger Roca -hasta el 20- y Nacho Cáceres, que siguió hasta el 26. Con nosotros avanzaba también Toni Bernardó, andorrano que ha hecho varios podiums en la maratón de Barcelona. Juntos montábamos un buen grupo: compacto, a buen ritmo y con mucho colegueo; y conseguimos la media maratón al ritmo exacto de 1h08'00".

En ese punto adelantamos un grupo de tres atletas africanos, que se juntaron con nosotros hasta el km. 25. Yo me encontraba muy cómodo, muy a gusto con el ritmo que llevábamos y presioné un poco a Nacho para aumentar el ritmo. Cumplió a la perfección y un kilómetro más adelante se paró. Había hecho un buen trabajo y nos encontrábamos un etíope y yo distanciados de los demás. El etíope decía que no podía darme relevos (yo había acelerado un poco) y opté por descolgarle: he aquí mi error.

Aunque en esos momentos me encontraba muy bien y pensaba que podría hacer 2h15', a partir del kilómetro 30 me empecé a preocupar. Todavía me faltaban 12 y no veía tan claro que pudiera mantener el ritmo. Con precaución reducí la marcha, pero el fallo ya estaba cometido: me había precipitado.

Los treintas se me hicieron eternos; no sólo las piernas estaban cansadas: a mí cabeza le costaba pensar, pero más o menos intuía que no sólo no haría 2h15' sino que tampoco 2h16'. A partir de ahí dejé de calcular. Sabía que se me escapaba la marca que me había propuesto y sólo quería llegar, con la recompensa de ser el primer "mzungu". Y sobre el kilómetro 36 o 37 -ni siquiera lo recuerdo- me adelantó el etíope que no había querido darme relevos antes: fue mucho más inteligente que yo y terminó sacándome un minuto (¡¡lo que se puede perder llegando exausto a los últimos kilómetros!!).

Pero crucé la meta contento. Me siento maratoniano y he ganado en experiencia. No veo muy complicado mejorar esta marca, sólo necesito entrenar bien y correr con cabeza, pero quizá no debía exigirme tanto antes de empezar. Aunque a principio de temporada hablaba más de 2h17' o 2h18', se me contagió la "fiebre" del campeonato de Europa y empecé a convencerme de que podía hacer 2h16' o 2h15' (y de allí a 2h14' sólo hay un paso).

Me han animado mucho todos los comentarios que me habéis mandado en el blog y en el facebook; sois parte fundamental del éxito (bueno, también un poco de la ambición por querer hacer mejor marca y chocar contra un muro), pero de verdad os agradezco a todos el apoyo que me habéis mostrado. La próxima saldrá mejor y quizá, dentro de unos años, pueda hacer las marcas que algunos soñasteis algún día.

Los resultados completos de la carrera están aquí, pero hay algún error como que Mohamed Blal no es español (aunque milita en un club de aquí). Y pinchando en mi nombre, se abre una página con mis tiempos de paso; los parciales de cada 5 kilómetros son los siguientes: 16'25", 15'52", 16'13", 16'01", 15'55", 16'04", 16'35", 17'24" y 8'24" para los últimos 2.195 metros.

Para los amantes de la estadísitca diré que mi pulso medio se quedó en 158 pulsaciones por minuto: mi corazón está preparado para mejorar marca, a mis piernas les falta entrenamiento y a mí cabeza le han dado una lección magistral que seguro que no olvidará.