jueves, 25 de noviembre de 2010

Mi humilde morada

La Fundación "Por ti Jesús" me ofrece cobijo mientras hago el voluntariado, pero nadie me contó en qué consistía el alojamiento antes de llegar. Ahora, después de dos semanas por aquí, os cuento de qué se trata.

Es una habitación amplia entera para mí -la de delante la ocupa el otro fisio-, de unos cuatro o cinco metros por lado; el suelo es de madera natural y no hay ventanas, lo cual no significa que no haya los huecos para ellas. Por suerte, aunque suele llover todas las noches, no hace frío ni tampoco entran los mosquitos (esto de verdad que no lo entiendo, pero me gusta). Lo demás son paredes pintadas de color infefinido y techo de uralita; una mesa que hace de estantería, un somier vacío, otro con colchón que es mi cama y un armario. Nada más.

Las dos habitaciones, las únicas de toda la fundación, están encima de la oficina y a ellas se accede desde una escalera exterior de madera que me machaca mis cuádriceps adoloridos de tan empinada que es. Esa escalera tengo que subir y bajar cada vez que necesito ir al baño o a la ducha o a comer, pero eso no es lo peor: lo peor es que el agua funciona a "jarronazos". Mañana os cuento más; ahora un par de fotos de mi humilde morada.

5 comentarios:

Rafa González dijo...

Si que es humilde sí....Cuando vuelvas a casa alucinarás con tu blandito colchón, tus ventanas con cristales, tu suelo de baldosas, tu....

Sergio dijo...

No te quejes, que la bombilla es de bajo consumo; aunque es cierto que según se lee en la puerta, tienes que salir boca abajo.

Rafa Bethencourt dijo...

a mi me parece brutal, y lo que trasmites es increible!!!! que buena experiencia!!! disfrutala como lo haces y gracias por compartirla!!!

Rafael dijo...

la primera foto tenia buena pinta,la segunda es curioa siempre tienes las ventanas abiertas,es milagroso que no te entren mosquitos.Gracias por contarnos tus aventuras.
Un abrazo.

Marc Roig Tió dijo...

Mis tostadas, mi jamón, mi cuchillo y tenedor en lugar de cuchara, mi agua caliente, mi espejo, mis grifos, mi... ¡¡¡Cuánta razón, Rafa!!!

Aquí todo es de bajo consumo, Sergio.

De nada, Rafa B. A mí me agrada también compartirlo. Es una vivencia más.

De verdad que lo de los mosquitos es para estudiarlo, Maratonman. O quizá es que no les gusta picarme, nada más.