Pensar que la altura no me iba a afectar era una ilusión; sabía que me afectaría, pero no de esta manera, tan de repente, tan letal.
La mañana empezó fresca, con unos 6 o 7ºC según los termómetros publicitarios de la calle, y la salida se dio unos minutos después de las seis de la mañana. Yo me había levantado a las cuatro y salí del hotel en busca de desayuno. ¿Dónde se desayuna un domingo a esas horas? Una opción era tomar pollo frito con patatas de un local de 24 horas, pero me decanté por la gasolinera de al lado: dos magdalenas y un Nesquik. No es lo mejor, pero algo era.
Los primeros kilómetros los hice con el grupo de cabeza (éramos unos ocho o nueve), cerrando y midiendo mis esfuerzos. Íbamos a 3'15" más o menos, que no está mal para estar a 2800m sobre el nivel del mar. Mis piernas aguantaban bien, pero al primer arreón preferí calmarme. Cedí unos metros, como hacían otros y me puse a mi ritmo.
A partir de ahí empezó la bajada (era el kilómetro 5) y los de delante, un grupo de seis, se alejaban. Yo seguía a la mía hasta que me atrapó un corredor que iba a buen ritmo. Aunque me costó, me pegué a él y ya casi no nos separamos, haciéndole la goma un poco de vez en cuando y capturando a dos valientes que se pasaron de ritmo: los otros cuatro eran inalcanzables.
En ese momento, pensando que podía quedar 5º (había dinero para los cinco primeros) tensé y descolgué un poco a mi rival, pero ni fue mucho ni duró demasiado. Después de una bajada suicida en el trece, pensé que tenía que regular un poco, confiando que al esprint también se puede ganar. Nos juntamos de nuevo y, en el 16, peté. Fue algo así como un muro maratoniano: quedarse vacío de repente, sin fuerzas para mantener un ritmo digno y, lo que es peor, pensando si se será capaz de llegar.
Mi compañero de fatiga me sacó algo más de un minuto desde ahí hasta la meta; por suerte, mi perseguidor también andaba fastidiado y no me pudo atrapar.
Así fue la media maratón Mitad del Mundo: una carrera rápida con la condición de estar adaptado a la altura. Se ganó con 1h04'29" mientras que yo hice 1h08'35". No digo que la pueda ganar, pero es una carrera muy bonita de hacer, muy táctica para distribuir las fuerzas (el último kilómetro es un cuestón tremendo) y que ya tengo en mente poder repetir. Por si fuera poco, he caído bien a los de la organización (y ellos a mí) y podremos hablar más adelante sobre mi regreso, con una ayuda para el viaje.
La próxima entrada: un análisis estadístico para ver cómo se corre cuando hace bajada (kilómetros por debajo de 2'50") y cómo se peta por no estar adaptado a la altura.
Toda la info, en www.quito21k.com
8 comentarios:
Era lo que pensaba yo que harias 1h:07 o 1h:08, puse 1h:06 para no desanimarte mucho,la altura como bien dije te podia pasar factura y asi fue.Si hubieras hecho porra habria ganado...
UN abrazo.
Me alegra saber que no soy el unico que peta en una Media en el km 15 o 16,ya me empezaba a sentir un bicho raro...
Es curioso que siempre se gane esta carrera casi casi con el mismo tiempo... SEguro que te ha faltado estar una semanita más por allí. Ahora a ver si cuentas tu próxima carrera americana.. ;-) Pero que sea sin viento ni en bajada...
Jo t'entenc Marc... a mi em va pasar això a Guatemala, quan anava primer a falta de 80 metros... pregunta-li al teu amic Villalobos.
Jo crec que, a part de l'altura, com tu dius no vas esmorzar gaire bé... Gran carrera i millor experiència en qualsevol cas!
¿Cómo se corre cuesta abajo? Poniendo un pie delante del otro, repetidas veces y de modo alterno, ¿no?
Hola,
com es que la Mitja es fa tan aviat?, no és per evitar la calor no?
Felicitats pel Trofeu al Mèrit del Laietània, tot i no estar al sopar, va ser un dels protagonistes!, de totes maneres vas estar ben representat.
Salutacions, Pere
Maratonman, todos petamos en la media tarde o temprano, jaja.
Rafa, yo creo que el circuito no permite ir más rápido, aunque los atletas fueran mucho mejores. La bajada es tan fuerte que ir más rápido puede implicar no terminar. Hoy todavía tengo los cuádriceps jodíos.
Sí, Ricky, exactament així. Ara entenc el que vas notar.
Guillem, els de la gasolinera em van mirar raro quan, a aquelles hores, jo deia "bon dia", jaja.
Algún día me lo demostrarás, Mòmo. No parece tan sencillo.
Pere, a aquesta zona del món totes les carreres són ben aviat. No sé el perquè, però a mi tampoc em desagrada del tot (si vius prop de la sortida, clar).
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