En julio de 2005, en la ciudad alemana de Erfurt, me apodaron "el de la libreta" o algo parecido. Eran Francisco España y Arturo Casado, que dos días después se proclamaron medallas de bronce y de oro, respectivamente, en el campeonato de Europa sub-23 de 1500. Yo quedé séptimo en el 10.000 y el apodo llegó por el modo de planificar la carrera.
Sabiendo que la federación concedía becas a los 8 primeros -y atendiendo que mi marca era la decimoquinta o decimosexta de los participantes-, planteé una carrera conservadora, a ritmo, viéndolas venir de lejos y no gastando un ápice de fuerza si no era necesario. Y salió bien: en el ecuador de la prueba se rompió el grupo, se escaparon ocho corredores que en cuestión de segundos me aventajaron casi 100 metros, pero yo seguí impasible, a ritmo, con un italiano que trotaba de manera constante. Iban pasando las vueltas y el grupo delantero empezó a perder unidades: primero Rubén Losada (el otro español en el 10.000) y luego creo que Michel Butter (el holandés). El italiano y yo les adelantamos y en el sprint final, después de muchas vueltas cómodo detrás del italiano, conseguí la séptima posición.
Desde las gradas, con Fermín Cacho como responsable de la federación, se me acusó de conservador pero se me felicitó por estratega. Y nació el apodo: "el de la libreta"; se me comparó con un asesino que tiene una lista de víctimas y va tachando nombres en la libreta a medida que desaparcen del terreno de juego. La mismo libreta tendré que utilizar el domingo si quiero hacer una buena maratón.
Y parece que, con altibajos, he mantenido la constancia. Aquí está lo escrito el día 7 de diciembre en mi libreta de entrenamientos:
Después de muchos meses sin apuntar los entrenamientos, con muchos bajones anímicos y de rendimiento, con un interrail, seis semanas de master en Zaragoza, un viaje a Macedonia y un inicio de temporada con la camiseta del Laietània de Mataró bastante prometedor (3º en la Behobia, 1º en las 5 millas de Cerdanyola, 29'59" en los 10km de Basilea y 3º en la mitja marató de Mataró, hoy 7 de diciembre de 2009 faltan tres meses exactos para la MARATÓ DE BARCELONA y empieza el periodo específico, con la estabilidad de un trabajo de media jornada en el geriátrico de Canet y cinco semanas de entrenamiento en Eldoret (Kenia), antes del test del 14 de febrero: la media maratón de Barcelona.
Y aquí está el resumen de kilómetros semanales para las 12 semanas que ha durado la preparación específica de la maratón, intercalando semanas de volumen con otras de descarga y sombreando las que he pasado en Eldoret, a más de 2000m de altitud. El domingo sabremos si ha sido una buena planificación: